Por su tamaño tal vez podría ser así, pero los piranómetros en realidad miden la radiación solar.
Se trata de aparatos que tienen un sensor que mide la densidad de flujo de radiación solar, en kilovatios por metro cuadrado (KW/m2). Su cúpula (en realidad son dos cúpulas, una dentro de otra) no guarda a los Marcianitos Verdes sino a un sensor capaz de medir la radiación solar en un campo de 180°.
Básicamente es un termopar que mide la radiación incidente a través de las dos cúpulas semiesféricas de vidrio. El interior está pintado de negro para absorber la radiación.
Pero ojo, esa absorción de la radiación solar es sólo para que se genere un flujo de calor y active el termopar. De ninguna manera quiere decir que absorben la energía de los autos, subestaciones eléctricas y demás lindezas que se le achacan a los Marcianitos Verdes y su famoso Efecto Electromagnético (aquel que dicen que produjo el gran apagón de Nueva York).
La gran diferencia entre los piranómetros y los platos voladores es que aquellos sí existen y son utilizados en los centros meteorológicos y de investigación universitaria, mientras que los otros son pura entelequia. Lástima, los Marcianitos Verdes se quedaron sin sus vehículos.