ESCRUTINIO
Museos que deben servirnos de ejemplo[1]
Juan José Morales
Hace cosa de dos meses sugerí en esta columna que la antigua estación central de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán en Mérida «”un hermoso edificio en magnífico estado de conservación»” se convierta en un gran museo ferroviario, aprovechando la gran cantidad de material rodante, de vías y de oficina que se conserva en los cercanos talleres y patios ferroviarios, así como el gran entusiasmo y dedicación de quienes con grandes esfuerzos y superando las dificultades, mantienen el Museo de los Ferrocarriles de Yucatán en la propia ciudad de Mérida.
Esta hermosa locomotora de vapor, perfectamente restaurada, recibe a los visitantes en las amplias instalaciones del museo ferroviario de Aguascalientes. A la derecha, una de las estatuas de tamaño natural que muestran a los diferentes trabajadores del riel.
No voy a repetir lo que escribí en aquella ocasión. Sólo quiero recalcar que un museo de esa naturaleza sin duda resultaría un gran atractivo no sólo para los visitantes «”con lo cual se impulsaría el turismo en la entidad»” sino también para los propios yucatecos.
No es casual que en muchos países existan numerosos museos de ese tipo, así como trenes con locomotoras de vapor que realizan recorridos de tipo turístico y educativo. Y en nuestro país durante los últimos tiempos se han venido multiplicando los museos ferroviarios, algunos bastante modestos, pero otros con amplias instalaciones y gran cantidad de material y equipo.
A raíz de la publicación de mi artículo, recibí varios mensajes de lectores que consideran una buena idea utilizar de esa manera la antigua estación central, y uno de ellos ponía como ejemplo el caso de Aguascalientes, cuya estación ha sido convertida en un excelente museo, así que decidí visitarlo, y en efecto, así es. Quedé admirado por la forma en que el gobierno del estado y el ayuntamiento de la ciudad han sabido aprovechar el edificio, que ahora alberga más de 10 mil piezas entre documentos, vagones de pasajeros, furgones, cabuses, locomotoras, maquinaria, herramientas, equipo de oficina y otros materiales que dan al visitante un amplio panorama de ese medio de transporte y una visión del pasado de ese gran centro ferroviario. El sitio, además, ha sido embellecido con jardines, fuentes y andadores que lo hacen muy agradable como sitio de paseo y descanso, y en él se ofrecen actividades culturales, de esparcimiento y de divulgación científica.
Aguascalientes, por lo demás, no es la única ciudad que supo sacarle provecho a su pasado ferrocarrilero. Otro importante museo es el de Torreón, Coahuila, que permitió rescatar una gran cantidad de valiosos documentos que estaban por perderse, así como herramientas y equipo de importancia histórica que pudieron haber terminado fundidos como chatarra.
En la ciudad de México, en la antigua estación de La Villa de Guadalupe, se estableció el Museo de los Ferrocarrileros Mexicanos. Pequeño, pero lo bastante atractivo para recibir grandes cantidades de visitantes que pueden admirar, sobre todo, las tres locomotoras de vapor que ahí se exhiben.
En Oaxaca funciona desde hace más de diez años el Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur en la remozada estación de la ciudad, un edificio histórico de más de un siglo de antigüedad. Apizaco, en Tlaxcala, tiene también su museo, en el que además de mostrar lo que fue ese nudo de comunicaciones ferroviarias, se realizan diversas actividades culturales. No muy lejos de Apizaco, en Estación Muñoz, los lugareños se las han ingeniado para crear su propio museo del riel, al igual que los de Felipe Pescador en Zacatecas.
En fin, por razones de espacio no puedo seguir mencionando los diversos museos de esta naturaleza que han ido surgiendo en diversos puntos del país, incluso en lugares que no tuvieron prácticamente ninguna importancia en el funcionamiento de los ferrocarriles. Sólo me pregunto por qué Mérida no tiene el mejor museo ferroviario del país. Elementos humanos y materiales para crearlo hay de sobra.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 26 de febrero de 2015