Dos candidatos con ideas medievales

IMPACTO AMBIENTAL

Dos candidatos con ideas medievales[1]

Juan José Morales

Al igual que en otros lugares del país, en Quintana Roo hay un movimiento conservador para pedir al presidente Peña Nieto que retire su iniciativa de ley sobre el matrimonio homoparental; es decir, entre personas del mismo sexo. A ese movimiento se sumaron dos candidatos a la gubernatura del estado: Alejandro Alvarado Muro, ex miembro del PRD y ahora postulado por el agonizante Partido del Trabajo, y Rogelio Márquez Valdivia, que del PAN saltó a Encuentro Social, partido que según vox populi es manejado por el secretario de Gobernación. Con distintos antecedentes políticos, sin embargo, ambos coincidieron en firmar la carta que el llamado Frente Nacional por la Familia dirigió al PRI pidiendo el retiro de la iniciativa.

clip_image002Como escribíamos hace unos años, habrá que irse acostumbrando «”porque esa es la irreversible tendencia en el mundo»” a ver no uno, sino tres tipos diferentes de matrimonios, todos ellos enteramente normales, felices y estables, con o sin hijos, propios o adoptados.

Pero no se limitaron a firmarla. Aprovecharon la ocasión para hacer declaraciones con fines proselitistas»¦ y así desperdiciaron una magnífica oportunidad de mantener cerrada la boca.

En efecto, con sus declaraciones sólo quedaron en ridículo al demostrar que desconocen la situación de los derechos humanos en el mundo y en el propio México y que ignoran el estado actual de los conocimientos médicos y científicos sobre la homosexualidad. Y de ribete, se ganaron una demanda ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación por sus comentarios sobre los homosexuales.

Alvarado Muro, dijo por ejemplo «”citamos textualmente sus palabras»” que la homosexualidad «es algo que tenemos que atacar desde el origen»¦ yo no soy médico ni experto en la materia, pero puede ser una deformación física o una deformación mental. Yo no sé si sea por nacimiento, pero hay que ver los orígenes de todo esto, porque es un problema latente, existente, está en la sociedad». Y añadió que a los homosexuales «hay que tratar de verlos y curarlos», aunque aclaró: «yo no sé si eso sea una enfermedad o qué, pero habrá que tratarlos.»

Don Alejandro anda un poco atrasado de noticias. Hace ya su buen cuarto de siglo que la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud y más de 40 años han pasado desde que, en 1973 la Asociación Norteamericana de Psiquiatría dejó de considerarla un trastorno mental. Hoy día, ningún sicólogo serio intentaría «curarla» como propone Alvarado.

Rogelio Márquez, por su parte, en términos un tanto confusos, sentenció que «matrimonio solamente es hombre y mujer, porque de ahí inclusive se tiene la oportunidad de que los homosexuales vienen, no de dos homosexuales, vienen de una mujer, de una madre. Todos los homosexuales tuvieron una mamá y un papá».

Lo primero que me trajeron a la mente las palabras de Márquez fue aquel viejo chiste de que los homosexuales no se reproducen, pero cada vez son más.

En realidad, lesbianas y homosexuales sí se reproducen, en el sentido de que tienen descendencia, aunque sus hijos no tengan necesariamente su misma orientación sexual. Lo han hecho durante siglos, y lo siguen haciendo, por la simple y elemental razón de que «”al ser satanizados, perseguidos y castigados, incluso con la muerte»” deben ocultar su condición y para ello se casan con personas del sexo opuesto, llevan una vida familiar y tienen hijos.

Ya en un terreno más serio, Márquez parece ignorar que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció recientemente jurisprudencia en el sentido de que son inconstitucionales las leyes de cualquier estado del país que definan el matrimonio como la unión civil entre un hombre y una mujer, o que establezcan como finalidad del mismo la procreación. Son inconstitucionales porque el Artículo Primero de la Constitución estipula que «queda prohibida toda discriminación motivada por»¦ las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.» En consecuencia, no se puede negar a ningún individuo el derecho y la libertad de contraer matrimonio con otro individuo por razones de sexo.

No es necesario añadir más. Ya la Corte marcó la pauta sobre el matrimonio homoparental.

En el fondo de todo esto, se encuentran anacrónicas ideas, como que el único fin del matrimonio es procrear y criar hijos, o que la homosexualidad va contra la naturaleza humana, es una aberración, una perversión, un trastorno sicológico o una forma anómala de sexualidad.

En fin, aunque a algunos no les guste, el matrimonio homoparental ya es realidad en veinte países, algunos eminentemente católicos, como Colombia, España, Brasil, Argentina y Portugal, e incluso en México donde es plenamente legal en el DF y, al amparo de la jurisprudencia de la Corte, reconocido por vía del amparo.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 30 de mayo de 2016

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