IMPACTO AMBIENTAL
Los mapas del CO2[1]
Juan José Morales
Como hemos comentado varias veces en esta columna, las concentraciones en la atmósfera de los llamados gases de invernadero causantes del calentamiento global, como el dióxido de carbono y el de azufre, han estado aumentando a partir del inicio de la Revolución Industrial y hace poco se rebasó el nivel de 400 partes por millón de CO2.
Esto significa que ahora es un tercio mayor que en aquella época.
Estos mapas, elaborados con datos del Observatorio Orbital de Carbono de la NASA, muestran de dónde provienen principalmente y cómo están distribuidas las 40 mil millones de toneladas de CO2 que cada año ingresan a la atmósfera. Las zonas más oscuras corresponden a las de máxima concentración de ese gas en China y Estados Unidos, dos de los principales productores del mismo.
Desde luego, no todo ese gas proviene de la quema de combustibles fósiles como mucha gente piensa. También procede de procesos naturales, como el crecimiento de la vegetación, pues tanto las plantas terrestres como el fitoplancton «”es decir, las microscópicas plantas flotantes de las aguas marinas»” absorben más CO2 durante la primavera y el verano que en otoño e invierno. Por eso, para poder planear cómo reducir las emisiones, los científicos necesitan saber cuál es su origen, cómo está distribuido y cómo varía con el curso del tiempo. Pero la tarea es difícil, por varias razones, sobre todo por la falta de datos de las grandes superficies oceánicas, las limitaciones de las mediciones desde satélites artificiales, y la falta de información por parte de gobiernos y empresas.
De aquí la importancia del reciente informe de un grupo de investigadores del Instituto Meteorológico de Finlandia, quienes usaron los datos captados por el Observatorio Orbital de Carbono de la NASA «”un satélite especializado lanzado en 2014″” para elaborar mapas que muestran dónde las concentraciones de CO2 son mayores que las fluctuaciones normales en diferentes estaciones del año. En ellos pueden verse claramente que «”como era de esperar»” los niveles más elevados corresponden a grandes áreas urbanas y zonas industriales. Concretamente, los mayores valores se registraron en la zona oriental de China, el este de Estados Unidos, Europa central, Japón y el Medio Oriente, donde se encuentran los grandes campos petrolíferos.
Los mapas son bastante detallados. Permiten identificar incluso ciudades específicas, y gracias a ello fue posible detectar esa gran acumulación en el Medio Oriente, que no había sido registrada en estudios previos basados únicamente en mediciones terrestres y en los informes de gobiernos y empresas sobre sus emisiones.
Aquí cabe comentar que el dióxido de carbono se mantiene en la atmósfera aproximadamente por un siglo o más, lo cual implica que las concentraciones observadas se han ido acumulando desde tiempo atrás.
Para precisar en qué medida son de origen antropogénico «”esto es, resultado de la actividad humana»”, los registros de ese gas se cotejaron con los de dióxido de nitrógeno recogidos por otro satélite especializado de la NASA, el Aura. Como este último gas no es de origen natural sino específicamente generado al quemar combustibles fósiles, fue posible establecer cuál es el porcentaje de CO2 de origen humano.
Se sabe ahora con mucho mayor precisión de dónde viene el dióxido de carbono causante del calentamiento global, y por ende dónde hay que atacar el problema.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 25 de noviembre 2016