El ET del “Área 51”

El ET del «Ãrea 51»

3 de noviembre de 2009

Kentaro Mori

area51container-e1289755951750En 2001, Alan Lewis, oyente del popular programa de radio de Art Bell sobre lo insólito en Estados Unidos, envió una imagen con la siguiente descripción:

«He sido un fiel oyente desde hace años y nunca pensé que tendría ningún contenido para su show. Recientemente, mi padre falleció y aunque siempre pensé que él había trabajado en operaciones secretas, nunca imaginé que tenía algo que ver con extraterrestres. Ciertamente, nunca lo mencionó. Mientras estaba limpiando su casa, descubrí la foto adjunta. Si usted mira a la parte inferior derecha del contenedor, hay una insignia del Área 51. No puedo proporcionar ninguna prueba de que la foto sea genuina, sin embargo, el original no pareció falso para mí».

86111La imagen es relativamente popular por la red. El extraterrestre, sin embargo, ya debería ser bien familiar. Es un muñeco de látex estándar vendido en varias tiendas, por algunos cientos de dólares (http://www.amazon.com:80/Costumes-Occasions-86111-Alien-Flesh/dp/B001BXPRSU):

Aunque la identificación del muñeco explique de forma concluyente la imagen, quedaba descubrir de dónde habría venido el display en cuestión, completo con el contenedor de plástico y las paredes de metal (?) Ondulado.

Durante la investigación para esta serie de imágenes extraterrestres, encontré por casualidad la imagen abajo:

alienspossibilitiesEs original del flickr de Nick Kask, publicado en la red en octubre de 2007. La fotografía fue tomada en el Museo Estatal de Carolina del Sur, EE.UU., durante la exposición «ALIENS: Worlds of Possibilities«.

La exposición parece haberse iniciado en 1998, y eso podría explicar dónde el padre de Alan Lewis habría posado para una simple foto. Si es que la historia detrás de la misma es verdadera.

Es otro caso en el que la foto de un muñeco en exposición viene siendo promovida como real.

https://web.archive.org/web/20161104024110/http://www.ceticismoaberto.com:80/galeria/fotos-de-alienigenas/5526/o-et-da-area-51

Las fotografías Rhodes (78)

La prensa continuación

Por Don Ecsedy

21 de abril de 2014.

Don Dedera

En 1958, Don Dedera, columnista del Arizona Republic, escribió dos columnas sobre Rhodes. La primera de marzo fue sobre un refugio antiaéreo que Rhodes construyó y que se presentó en la Popular Mechanics de ese mes. La segunda se publicó el 18 de noviembre, en el que Dedera se mostró en desacuerdo con las afirmaciones de Ray Palmer sobre el número del Arizona Republic del 9 de julio de 1947 (David Rudiak ha proporcionado un escaneo en microfilm de la portada, no de una publicación de Palmer. Lo sé, pero solo quería la prueba). La columna Dedera se escribió cuatro años después de que los negativos de Rhodes (2) y las impresiones (4) se prepararon para devolverle, como se registró en los archivos del Proyecto Libro Azul, y diez años completos después de la observación.

La historia de Dedera

1958-11-18 Arizona Republic Courtesy of Graeme Woods

Este es el primer relato publicado que conozco sobre lo que sucedió después de la publicación de la historia de Rhodes en 1947. Aunque esta no es una entrevista con citas, la fuente es, obviamente, Rhodes, filtrada a través de lo que Dedera entendió. Escribe: «La verdadera secuela [del informe sobre avistamientos publicado en el Arizona Republic] es lo suficientemente interesante».

«… Rhodes … escuchó el zumbido de lo que pensó que era un platillo volador».

Me pregunto si Dedera lo confirmó con Rhodes, y me gustaría que fuera una cita para que podamos saber si Rhodes, al principio, había pensado que era un platillo. La historia en The Mokler news está en desacuerdo con los comentarios de Rhodes en el informe del FBI sobre este asunto.

«Una semana después de la publicación de las imágenes, Rhodes fue visitado por un agente del FBI y un oficial de inteligencia de Hamilton Field, California. Los oficiales interrogaron a Rhodes de cerca. Preguntaron si Rhodes renunciaría a las fotos para la evaluación de los cuerpos aéreos. Rhodes entregó voluntariamente las fotos».

Esta es la primera indicación de que Rhodes sabía que uno de los agentes, Fugate, era de las Fuerzas Aéreas del Ejército y que fue enviado por Hamilton Field. Sin embargo, casi dos meses después del avistamiento, Brower y Fugate lo entrevistaron, no una semana más tarde.

«Un mes después, Rhodes pidió la devolución de las fotografías. Una carta de Washington le informó que las fotos no se podían devolver».

«Washington» … ¿El FBI o el Pentágono?

«Aproximadamente medio año después, a principios de 1948, se le pidió a Rhodes que viniera a Wright-Patterson Field, Dayton, Ohio, para una entrevista».

Está bien. Tenemos algo que puede ser fechado. El coronel McCoy en su carta a Rhodes, con fecha del 26 de mayo de 1948, preguntó si Rhodes podía. «Pronto, dos representantes de la división de inteligencia técnica, Air Material Command, llegaron a casa de Rhodes».

Esos serían Loedding y Beam, pero ellos fechan su visita entre el 6 y el 8 de mayo y la carta de McCoy del 26 se refiere a su visita. Rhodes … dijo que fue el último de sus tratos con el caso del objeto volador no identificado.

No del todo. Rhodes no se refiere a su propia investigación y la información relativa a otras fotos del objeto en posesión de Lewis Larmore, que fue el tema de su correspondencia con McCoy, y un asunto que planteó durante su entrevista con Loedding y Beam … pero luego, McCoy ha aplicado la Ley de Espionaje en esa materia. No hay evidencia de que Rhodes lo haya mencionado a nadie, excepto a las personas autorizadas. La historia de Dedera tiene sentido narrativo, pero está desordenada con respecto a la cronología real. Hay información que Rhodes no compartió (Larmore), y no conocemos los errores cronológicos cometidos por Dedera. No sabemos si Rhodes realmente recibió su negativo en 1954 de parte de la USAF. Si a Rhodes le preguntaran por su negativo un «mes» después de la entrevista de Brower y Fugate, eso sería a principios de octubre. No hay registro de ello ni en el Libro Azul ni en los archivos del FBI publicados al público. Según la oficina del FBI de Phoenix, Rhodes preguntó por ellos en abril de 1952. En julio de 1952, en un artículo de Weld Coxe en Arizona Republic:

«Rhodes prestó atención a su última reunión con platillos voladores el 9 de julio [sic] de 1947 … sus negativos más tarde fueron tomados en préstamo por el FBI y nunca regresaron, dijo Rhodes».

Esta es una atribución directa sin mencionar que la USAF los tiene, pero seis años más tarde, en la columna Dedera, Rhodes sabía que habían sido entregados al «cuerpo de aire», Hamilton Field.

Aunque podemos corregir la narrativa de Dedera por los archivos de PBB y del FBI, me pregunto si «una semana después de que se hayan publicado las fotos». Teniendo en cuenta la preocupación de la USAF sobre las fotos que se están publicando, me pregunto por qué nadie sugirió al editor gerente del Arizona Republic que no publicara la historia, o si los negativos eran tan importantes, por qué la Fuerza Aérea no las obtuvo del Arizona Republic o de Rhodes el 8 de julio, cuando los tenían en su posesión en Williams Field, si ese era el caso, o en el Arizona Republic … donde estaban «oficiales de Williams Field» que las estudiaban. Si alguien en la Fuerza Aérea pensó que había una supervisión que corregir, ¿habrían tardado varios meses en resolverlo? Y si fue así, ¿esto explica por qué Fugate se presentó en la oficina del FBI de Phoenix un día después, el 29 de agosto, que el teniente coronel Springer había solicitado una investigación conjunta para el fin de semana del Día del Trabajo, ¿el 2 de septiembre?

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La Invasión Británica. El día que aterrizaron los platos voladores en Inglaterra. Prólogo

PRÓLOGO

PortadaEl libro, La Invasión Británica. El día que aterrizaron los platos voladores en Inglaterra, que forma parte de la colección de la Biblioteca Marcianitos Verdes, es una investigación con minuciosa recopilación testimonial de Luis Ruiz Noguez, escéptico destacado que a través de sus publicaciones mantiene un juicio racional al momento de interpretar el fenómeno OVNI.

Una de las virtudes de este escrito es dar cuenta de sucesos pretendidamente relacionados con visitantes de otros mundos en regiones específicas y acotadas de Gran Bretaña, de esta manera el autor proporciona un seguimiento constante de casos que nos transporta incluso a percibir la cotidianeidad de los acontecimientos.

La primera parte del libro, con una escritura que atrapa por su claridad en la construcción del relato, Luis Ruiz Noguez presenta los sucesos relacionados con «La Cosa» o The Thing, y nos muestra cómo, a partir de la década de 1960, crece progresivamente la creencia en la presencia de naves de otros mundos sobre la localidad Warminster y sus alrededores (como la ciudad de Salisbury) al sudoeste de Inglaterra. El autor transcribe los testimonios de manera pertinente, los deja hablar por sí mismos y posteriormente genera interpretaciones plausibles sobre las causas tentativas con un corte mundano no menos interesante, además de poner en la mesa las contradicciones internas entre algunos testigos.

Las peculiaridades del capítulo inicial son también fuente para interpretaciones culturales y sociológicas que acompañan a toda expresión humana, y los testimonios o supuestas experiencias con lo desconocido no exentan el cariz de estos dominios. A pesar de que hay patrones reconocibles en lo que se afirma en todo el mundo sobre naves espaciales de otras inteligencias o sus tripulantes, lo local se pone en evidencia.

Con base en lo anterior podemos pensar el fenómeno de «La Cosa», en sus rasgos genuinos. Mientras que parece común ordenar los avistamientos de ovnis a partir de sus propiedades luminosas, forma material o efectos electromagnéticos la premisa de lo percibido por los habitantes de Warminster es la presencia de sonidos extraños que alteran la parsimonia de la localidad. ¿Qué expresan los sonidos? En los últimos años se volvieron frecuentes las grabaciones de las «trompetas del apocalipsis» con las cuales internautas hacen conjeturas sobre posibles mensajes ocultos respecto al fin de nuestra especie por castigo divino, mostrando que nuestras sociedades aparentemente «visuales por antonomasia» no han dejado los vestigios de la fabulación de la audición, así, no es de extrañar que las psicofonías y otros fenómenos paranormales relacionados con el oído (humano y con aparatos de grabación) continúan vigentes. Incluso podemos pensar en que fue una sociedad auditiva la que dio uno de los casos más tristemente emblemáticos de la cultura OVNI: la transmisión de la lectura de fragmentos de la obra de H.G. Wells La Guerra de los mundos hecha por Orson Wells en octubre de 1938 que devino en un caos colectivo. Podríamos continuar así hasta ejemplos de la importancia de lo audible en las creencias paranormales que nos remontarían antropológicamente a mitos en donde espectros y otras entidades emiten sonidos, que de ser lejanos advierten la cercanía de la entidad en cuestión respecto del sujeto que les percibe.

Los habitantes de Warminster y sus vecinos empezaron a escuchar ruidos extravagantes desde 1930 con un punto álgido tres décadas posteriores, justo ese fue el periodo en el cual su entorno agrícola y rodeado de talleres comenzó a hospedar guarniciones militares, los cuarteles no fueron efímeros puesto que adquirieron un estatus de permanente. Si bien, los sonidos convertidos posteriormente en luces y naves con forma de cigarro, se pueden explicar en gran medida por ejecución de maniobras militares en bases cercanas, no hay que olvidar tampoco los resabios culturales de la transición entre la Segunda Guerra Mundial y el periodo de la Guerra Fría que marcaron un antes y un después en las muestras de la capacidad armamentista.

Lo que oyen y ven los habitantes de Warminster tiene una pluralidad de explicaciones (físicas), interpretaciones y si nos apegamos a la Historia Cultural, inclusive podemos observar también una multiplicidad de representaciones. Historiadores británicos como Eric Hobsbawm pusieron de manifiesto que a finales del siglo XIX Inglaterra, a pesar de ser el imperio más poderoso en términos económicos y comerciales, dejó de ser cuna de la innovación tecnológica que le caracterizó anteriormente cediendo el paso a otras naciones en ese campo como Estados Unidos de América o Alemania. En algunos testimonios rescatados por Luis Ruiz Noguez, intérpretes humanistas de la cultura incluso podría encontrar ecos de esas glorias lejanas de Inglaterra cuando los sonidos emitidos por «La Cosa» remiten a los testigos a la idea de latas o engranes funcionando como un mecanismo en donde hay «enormes tuercas y tornillos», muy similares a las representaciones de la maquinaria que dio a Inglaterra la maternidad de la Primera Revolución Industrial. En contraste, otros testigos en 1967 mencionaban que los sonidos de las naves visitantes externaban vibraciones que alteraban la atmósfera violentamente y emitían ondas de choque, una visión que se parece más a los efectos colaterales de una bomba nuclear; respecto a esto no hay que dejar de lado los estragos en la opinión pública que desde 1955 se gestaron a partir del debate gubernamental en donde los seguidores de Aneurin Bevan (del Partido Laborista) se opusieron a la construcción de la fabricación de la bomba de hidrógeno en Inglaterra.

Algunos aspectos más que trabajó el autor en esa sección fueron los análisis de fotografías de ovnis que resultan ser trucadas y otras estratagemas para poner en duda el raciocinio colectivo como el caso Simpson. No se escapan a Luis Ruiz Noguez las interpretaciones exageradas dadas por investigadores de la ufología inglesa que incluso aseguraron haber contactado a los alienígenas autores de «La Cosa», tampoco el autor soslaya los supuestos avistamientos de extraterrestres en los caminos de la población de Warminster, algunos de estos casos guardan semejanza con las apariciones de los autoestopistas fantasmas que el folklorista Jan Harold Brunvand ha trabajado.

La segunda parte del libro, «La Oleada Británica de 1967» nos lleva un fenómeno de gran amplitud, pero escasamente rescatado en donde se atestiguaron no solo ovnis sino también encuentros cercanos del tercer tipo de manera masiva. Sin embargo, el autor dará una explicación, que no desvelaremos aquí, de cuál fue el origen verdadero y bastante peculiar que desató el pánico de la invasión extraterrestre en septiembre de 1967.

En esta sección los casos pasan del testimonio particular de las personas a un entramado de mayores dimensiones en donde incluso el gobierno inglés se verá involucrado de manera más directa puesto que hay archivos desclasificados que muestran indagaciones del Ministerio de Defensa (MoD) respecto a los avistamientos e incidentes de las presuntas naves alienígenas, específicamente en los alrededores de Wiltshire, condado en donde se encuentran los restos arqueológicos de Stonenhenge.

Algunos de los avistamientos de la oleada ovni rescatados por el autor en esta sección difieren drásticamente de los estruendosos fenómenos de Warminster, por ejemplo, hay pequeñas naves de colores vívidos que intentan pasar desapercibidas e inclusive que no emiten sonido alguno. Parte de los informes hablan de restos de naves que cayeron en distintas secciones de la región (inclusive en un campo de golf), éstas eran pequeñas parecidas a huevos, con diseños menos pretensiosos y que parecían haber estado coordinadas para actuar de manera cautelosa para vigilar a los ingleses desde los cielos de su país.

Al llegar a este punto uno puede preguntarse por las proyecciones respecto a los tipos de invasiones que los seres del espacio pretenden realizar a nuestro planeta. Podemos pensar por un lado en La Guerra de los Mundos, publicada en 1898 por H.G. Wells. En esta obra, donde por cierto primeramente se denomina «La Cosa» a una de las naves marcianas, se refleja una percepción de conflagración inmediata. Recordemos que la Primera Guerra Mundial no inicia incidentalmente en 1914, la Triple Alianza ya estaba formada para el año de 1882 y las tensiones entre naciones anunciadas, por lo tanto Wells percibe en cierto sentido el potencial conflicto y el tipo de combate que enuncia asemeja a una invasión frontal típica de los países imperialistas de su época a territorios que no puede responder de manera equivalente ante las tecnologías y armas del atacante.

Por otra parte, el contexto que atañe a la oleada inglesa de 1967 rescatada por Luis Ruiz Noguez es otro, como ya mencionamos, el de la Guerra Fría. Las implicaciones son bastas y difíciles de capturar en su totalidad pero se puede concluir que la representación de la invasión extraterrestre ya no es un ataque frontal como el de Wells, estamos en la época en la cual los extraterrestres se volvieron espías, así fue literalmente, se atestiguó en Roswell y no por nada las naves extraterrestres avistadas en Inglaterra durante 1967 agregaron a su diversidad a estas cápsulas o transportes compactos y silentes que al igual que Francis Gary Powers en 1960,realizaban vuelos espía pero no podían evitar ser derribados o caer accidentalmente.

Así como misterioso fue el Proyecto Manhattan respecto al público, así como desde 1946 nace la Big Science en donde se conjugaron ciencia, tecnología, y proyectos militares bajo la supervisión del Gobierno (no puede existir una bomba nuclear sin el Estado), los casos ovnis involucran desde 1947 la representación cultural de una trama de secretismo gubernamental en donde los militares no son ajenos pero también se pretende en este mito moderno toda una estructura burocrática de jerarquías, en donde un policía local que llega a ser testigo de los ovnis no tiene ningún poder frente a las agencias investigadoras o en su caso frente a los «hombres de negro» que aparentemente se hacen cargo del registro de las entidades alienígenas y sus tecnologías.

No me queda más que agradecer a Luis Ruiz Noguez por permitirme realizar este texto a partir de su investigación. Su libro abre las puertas tanto al público que se acerca recién al tema, pero también a aquellos ya empapados de la literatura ufológica que, aunque ya conozcan a Jacques Vallée quieran conocer a otros tantos involucrados en la indagación del fenómeno, puesto que aparecen actuantes e investigadores del acontecer ovni no tan conocidos como David Holton o Arthur Shuttlewood, investigadores peculiares del panorama ufológico inglés. Las fuentes manejadas por el autor son ricas, en razón de que abarcan documentos oficiales, hemerografía especializada y documentales que parecieran olvidados pero que son contemporáneos a los fenómenos.

Sin duda, con una excelente pluma, una indagación rigurosa además de metódica y con explicaciones que retoman la gran cantidad de factores involucrados en cada caso, este texto no sólo es para una lectura entretenida para las seguidoras y los seguidores del tema, es un escrito que invita a que más gente comience investigaciones pertinentes sobre el fenómeno ovni con calidad, un legado que Luis Ruiz Noguez sigue dejando como inspiración a muchos de nosotros que a pesar de corroborar las falacias que rodean al tema y de querer fomentar un pensamiento crítico, sentimos mucho cariño por aquellos marcianitos verdes que al hacernos voltear al cielo nos dicen tanto de nosotros mismos.

Andrés Moreno Nieto

El libro se puede comprar en:

http://www.lulu.com/shop/luis-ruiz-noguez/la-invasi%C3%B3n-brit%C3%A1nica-el-d%C3%ADa-que-aterrizaron-los-platos-voladores-en-inglaterra/paperback/product-23914226.html

 

Congresista peruano lleva a ufólogos al Congreso para promocionar momias "alienígenas" de Nazca

Congresista peruano lleva a ufólogos al Congreso para promocionar momias «alienígenas» de Nazca

29/11/2018

Jason Colavito

¿Recuerdas la historia sobre las supuestas momias «extraterrestres» en Perú que se comieron tanto tiempo al aire en Gaia TV el año pasado? ¿Las que eran de tiza blanca y tenían manos extrañas de dedos largos? Bueno, resulta que los cadáveres de tres dedos, que la investigación científica determinó que eran cuerpos humanos manipulados de manera tosca y alterados para parecer extraterrestres, no terminan causando problemas. Según las cuentas de los medios de comunicación en español, el ufólogo mexicano Jaime Maussan viajó a Perú para presentar un caso en la legislatura federal del país el 19 de noviembre para que el gobierno peruano proteja a las momias e investigue sus orígenes «misteriosos». Un informe de Victor Roman en N+1 la semana pasada da el siguiente relato:

A pesar de las repetidas denuncias de la comunidad científica internacional, el legislador peruano Armando Villanueva [Mercado] terminó brindando una plataforma a un ufólogo, quien presentó en el propio Congreso del país andino una investigación que carece del rigor científico adecuado sobre una supuesta «momia humanoide».

Como informamos anteriormente, el polémico periodista y ufólogo mexicano Jaime Maussan viajó a Perú para «presentar los resultados» de su «investigación» sobre una supuesta momia humanoide encontrada en Nazca, una región al sur de Lima, Perú. Este caso ha sido promovido por Maussan desde 2017.

(Todas las traducciones en esta publicación del blog son mías).

También en la presentación en el Congreso peruano estuvo Thierry Jamin, el explorador de misterios francés a quien recordará por su defensa del mito de Paititi y sus esfuerzos por pedir permiso para abrir un agujero en Machu Picchu en busca de una «puerta oculta» a una cámara funeraria inca. Él estaba en Ancient Aliens hace unos años promocionando la afirmación. Algunos otros «expertos» dudosos también estuvieron presentes, incluido un genetista que alega que Stephen Hawking confirmó la existencia de fantasmas.

Según N+1, la presentación al Congreso duró cinco horas e incluyó afirmaciones de que el ADN de las momias peruanas era inhumano, que había momias encontradas con cabezas de lagarto y que las criaturas longevas se reproducían al poner huevos.

El Ministerio de Cultura y el Consejo de Ciencia (Concyntec) de Perú se negaron a participar en la audiencia a pesar de ser invitados por Villanueva. El ex jefe de Concyntec criticó a Gaia TV, diciendo que su participación y financiamiento sesgan los resultados. «El financiero tiene interés en crear una fantasmagoría en torno al tema y en vestirse como ciencia. Pero no es así como avanza la ciencia», dijo Gisella Orjeda al periódico El Comercio.

La presentación fue organizada en parte por Gaia TV, que financió la investigación presentada en la audiencia y la filmó para su canal. Gaia se ha beneficiado generosamente de la promoción de la supuesta evidencia «extraña» para atraer a los espectadores a su canal de transmisión de suscripción. No estaba claro a cuántos legisladores asistieron o si se trataba de una audiencia oficial del Congreso (el término utilizado era mesa de trabajo), pero tuvo lugar en el Palacio de Congresos y estaba destinado a informar el debate sobre la aprobación de la legislación relacionada.

Villanueva introdujo la legislación, el proyecto de ley No. 3112/2017-CR, en el Congreso en julio para exigir una investigación del gobierno de las supuestas momias alienígenas y declararlas de especial interés histórico-cultural para el Perú. La audiencia de noviembre, vinculada a un debate de un día de duración sobre el proyecto de ley, tenía la intención de ayudar a hacer avanzar esa legislación. N+1 se contactó con Villanueva para preguntarle si entendía los conceptos básicos de la ciencia, dado que Maussan hizo una serie de afirmaciones que claramente contradecían la ciencia establecida y violaban las reglas básicas de la investigación científica.

Cuando N+1 se comunicó con el legislador del Partido Acción Popular para preguntarle si entendía el método científico y los procesos que deberían seguir las investigaciones, Villanueva admitió que no lo sabía.

«Me pides demasiado», respondió el representante de la región del Cusco. Asimismo, el legislador dijo que su «intención había sido promover el patrimonio [peruano] y declarar interés en la investigación de las momias».

Eso es bastante tonto. En un país tan rico en patrimonio cultural como Perú, la idea misma de que se necesitan «extranjeros» para crear interés en la historia es un triste testimonio del fracaso total de la cultura moderna para hacer de la historia y el patrimonio una parte viva de la cultura en lugar de una mercancía inferior a todo lo que es brillante y nuevo.

Sin embargo, hubo algunas buenas noticias. Mientras que los científicos reales se negaron a unirse al circo de Villanueva, una segunda presentación más tarde en el día involucró a científicos reales que informaron sobre sus descubrimientos acerca de las momias «alienígenas»: a saber, que son «extraterrestres» falsos hechos por taxidermia a partir de huesos reales, con un gran número de piezas de plástico unidas con pegamento y cera. Esa presentación tuvo lugar en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos e involucró a varios especialistas en los campos de la arqueología forense, tomografía, química, etc., muchos de los cuales investigaron los cuerpos a instancias de los fiscales peruanos, que están investigando si se han cometido delitos en la creación de estas momias suplantadas.

http://www.jasoncolavito.com/blog/peruvian-congressman-brings-ufologist-and-fringe-scientists-to-congress-to-promote-nazca-alien-mummies

El Apocalipsis de Marvel y la fascinación por el lado oscuro del antiguo Egipto

El Apocalipsis de Marvel y la fascinación por el lado oscuro del antiguo Egipto

28/11/2018

Jason Colavito

El otro día, el arqueólogo David S. Anderson publicó un  artículo sobre Adventures in Poor Taste que habla sobre el villano Apocalipsis de Marvel Comics y por qué está asociado con el antiguo Egipto. En la pieza, Anderson rastrea la fascinación y el temor de todas las cosas egipcias a la apertura de la tumba de Tutankamón en 1922 y el frenesí de los medios de comunicación que rodea la apertura de la tumba y las acusaciones posteriores de que una «maldición» faraónica había derribado a varios de los participantes la excavación. Conozco a Anderson un poco de Twitter, así que espero que me perdone si discrepo un poco de su análisis.

En el artículo, Anderson proporciona una línea de sucesión simple y directa desde la «maldición» de Tutankamón hasta el Apocalipsis:

Los cuentos surgieron rápidamente que la tumba fue maldecida. Una de esas historias atrajo una atención especial, como contó nada menos que sir Arthur Conan Doyle. […] Durante una entrevista sobre el descubrimiento de la tumba de Tut, Conan Doyle sugirió que podría haber sido maldecido. [«¦] La manía que rodeaba la tumba de Tut y las supuestas maldiciones se convirtieron en un momento pionero para el género moderno de películas de terror cuando The Mummy de Boris Karloff fue estrenada en 1932. Con el surgimiento de una momia andante mortal en la pantalla plateada, el antiguo pasado ahora estaba vivo y era peligroso como nunca lo había sido antes. [«¦] El auge del Apocalipsis se basa en la parte posterior de la momia como un monstruo de película.

El análisis de Anderson es correcto y también incompleto.

Anderson está en lo cierto al afirmar que Tut creó una ola de egiptomanía que condujo a la película La Momia, pero la Momia se inspiró tanto en la ficción de momias vivientes del siglo XIX (y hubo una cantidad sorprendentemente grande de de ellas) como lo hizo el Rey Tut. La película fue diseñada para capitalizar la historia de Tut de una década, pero fue una historia original inspirada en el «Anillo de Thoth» de 1890 de Doyle y en la vida de Alessandro Calgliostro.

Probablemente esté exagerando bastante el caso al decir que el pasado antiguo cobró vida con The Mummy de una manera que no lo había hecho anteriormente. Después de todo, Drácula era un cadáver viviente de la Edad Media, y los orígenes de la ficción gótica se remontan al Castillo de Otranto, en el que un caballero medieval regresa de entre los muertos. La momia puede haber tomado el tema más atrás en el tiempo, pero no de una manera significativamente diferente de la ficción victoriana de la momia, o de las historias contemporáneas de H. P. Lovecraft sobre extraterrestres monstruosos de épocas anteriores de la historia de la Tierra que regresan de su sueño eterno. Se necesitaría un libro para explorar el tema de los males antiguos en la literatura, pero en un nivel general solo hay tres lugares para poner el mal: el pasado, el presente o el futuro. Entonces, por defecto, la mayor parte del mal tiene que venir del pasado, ya que el futuro es incognoscible y hay mucho más pasado que presente.

Pero volvamos a la cuestión específica de Egipto.

Como he escrito en el pasado, los orígenes de la «maldición» de Tutankamón no se encuentran solo en Doyle, sino que recaen más en Marie Corelli, quien en 1923 vinculó la muerte de Lord Carnarvon, el patrocinador de la excavación Tut, a las leyendas medievales de las tumbas egipcias malditas: «Según un libro raro que poseo, que no está en el Museo Británico, titulado «˜The Egyptian History of the Pyramids»™ traducido del árabe original por Vattie, el profesor árabe de Luis XVI de Francia, el castigo más terrible sigue a cualquier intruso en una tumba sellada. Se refería a la History of Egypt de Murtada ibn al-‘Afif, que era en sí misma una copia parcial del Akhbar al-zaman (también conocido como The Digest of Wonders), un resumen medieval de leyendas sobre Egipto que incluía historias influyentes sobre tumbas malditas, sabiduría secreta, artefactos mágicos y la historia antediluviana de las pirámides, todos elementos que encontraron su camino en las vistas de la cultura pop moderna de Egipto.

La forma en que se originó es una historia fascinante que he contado muchas veces y que podría estar convirtiendo en un libro en el próximo año o dos. La aparición del libro de Murtada en una traducción francesa y una posterior edición en inglés electrificó a artistas y tipos literarios, quienes vieron en él una fuente de leyenda romántica desconocida muy adecuada para el arte. Sucedió que se publicó aproximadamente al mismo tiempo que Atanasio Kircher afirmó haber descifrado los jeroglíficos (no lo había hecho) y reveló algo de la «verdadera» historia de Egipto, que resultó estar basada en historias copiadas del Akhbar al-zaman. Estas leyendas medievales son el verdadero origen de las tumbas malditas y los cuentos de las mágicas maravillas egipcias y los poderes oscuros de los hechiceros egipcios. Tienen su base en las historias bíblicas y coránicas de la magia egipcia, pero las versiones medievales canonizaron los ya familiares tropos pseudo-arqueológicos de trampas mortales en tumbas, estatuas conmovedoras y conversadoras, pociones mágicas, maldiciones, maravillas antiguas que anteceden a toda civilización conocida, y todas las demás trampas pulp que los escritores populares han utilizado durante los últimos dos siglos.

El libro de Murtada encontró el favor de los escritores románticos. Percy Shelley se obsesionó tanto con él que un amigo tuvo que tirarlo por la ventana para que dejara de leerlo. El Akhbar al-zaman causó sensación cuando se publicó en francés a fines del siglo XIX. En el medio, las traducciones parciales en las Operations del Coronel Vyse introdujeron las mismas leyendas a los lectores de historia y ciencia, y tuvieron influencia en la ciencia. Fue a partir del Akhbar al-zaman y sus relatos de civilizaciones antediluvianas en Egipto que el gran egiptólogo Gaston Maspero encontró su «prueba» de que la Esfinge era anterior a Egipto, un tema que los teósofos aprendieron rápidamente y que se abrió camino hacia la cultura pop, sobre todo cuando HP Lovecraft incorporó la idea en «Bajo las pirámides», la historia de Weird Tales que escribió para Harry Houdini.

Algunos de estos elementos influyeron en las historias de no ficción sobre los artefactos egipcios «malditos» que precedieron al descubrimiento de la tumba de Tutankamón, como la afirmación de que la tapa del ataúd egipcio de una mujer del Museo Británico, conocida como la «Momia Desafortunada», estaba maldita y era responsable por diversas muertes y catástrofes. La afirmación se remonta a principios de 1900 y, obviamente, se basa en las tradiciones victoriana y gótica, con sus ecos de la tradición árabe medieval, nacida del orientalismo europeo.

Para cuando se desenterró al rey Tut, ya existía una gran cantidad de literatura sobre tumbas malditas, males antiguos y otros misterios egipcios similares. Lo que hizo Tut fue provocar la ola más grande de egiptomanía en los tiempos modernos, aunque tiene antecedentes que se remontan al menos a la conquista de Egipto por parte de Napoleón, y amplía las concepciones existentes del Egipto místico que circula entre los seguidores de la leyenda árabe y los diversos grupos ocultistas.

La civilización occidental ha visto a Egipto como una tierra de profunda antigüedad, antigua sabiduría y poderosa magia desde al menos la época de los griegos, y no es de extrañar que la tradición haya continuado hasta el presente. La forma específica que esta creencia ha tomado en los tiempos modernos, sin embargo, es atribuible a la influencia de la leyenda árabe medieval en los escritores románticos y los eruditos victorianos.

http://www.jasoncolavito.com/blog/marvels-apocalypse-and-the-fascination-with-ancient-egypts-dark-side