El Zacatón y El Ojo
El año pasado, en uno de mis viajes a Guadalajara, en el avión pasaron un comercial de la Secretaría de Turismo del Estado de Tamaulipas. Una de las escenas llamó mi atención. Mostraba una poza con varias islas de zacate. Eso me recordó el «famoso» Ojo del que hablamos por primera vez el 21 de agosto del 2016 y del que nos ocupamos el año pasado en dos notas: El ojo, una isla rotatoria en Argentina y Los investigadores aseguran que la extraña isla rotante circular es una base et.
En nuestro primer artículo del 2016 suponíamos que era una formación natural debida a corrientes de agua o a la fuerza de los vientos. Timothy Whitehead, quien escribió uno de los artículos del 2018 encontró otros muchos ejemplos en diferentes partes del planeta demostrando, de alguna manera, que es un fenómeno natural y que su origen son las corrientes de viento y de agua, tal como lo habíamos planteado.
Ahora, en el avión, estaba viendo un fenómeno muy similar en el Estado de Tamaulipas. Lo primero que hice luego de mi jornada de labores y regresar al hotel fue buscar Los Aldama, que fue lo único que mencionaron en el corto de la Secretaría de Turismo. Pronto encontré información sobre una serie de pozas o «cenotes» en la región de Aldama, conocidas como la Poza Alameda, la Poza de Baños, Gruta de Los Cuarteles, Poza de Murciélagos, Poza La Pilita, Poza Verde, y Poza el Zacatón. Esta última es la que nos interesa, pero antes hablemos un poco de las demás.
Pero primero ¿qué es un cenote? (del maya Dzonot o Tzonot que significa «hoyo en el suelo» o depósito de agua en el interior de las cavernas), es una dolina inundada, típica del paisaje kárstico. Si te has quedado igual, básicamente es una cueva (generalmente, pero no siempre, a la que se ha derrumbado el techo) que se ha llenado de agua. Es un pozo natural proveniente de terrenos calcáreos permeables particularmente susceptibles a la lixiviación (proceso seguido por el agua para disolver minerales y rocas). En este caso se trata de roca caliza lo cual provoca la formación de enormes cavidades subterráneas: en los cenotes el techo de estas cavernas inundadas se debilita y derrumba dejando al descubierto un amplio espejo de agua entre paredes rocosas.
Las pozas o cenotes de Aldama se encuentran en terrenos privados del Rancho La Azufrosa, del Ejido el Nacimiento, del Municipio de Aldama, Tamaulipas.
La poza más pequeña es la conocida como La Pilita. A un lado se puede encontrar La Azufrosa, que como su nombre indica, es un agua sulfurosa, de color azul turquesa lechoso que es utilizada como aguas termales curativas. No lejos de ahí está la Poza Verde, rodeada de una tupida vegetación, principalmente de las palmas Sabal mexicanas. El color del agua es verde azul. Su diámetro es de unos 150 metros y con una profundidad de 45 metros, en donde hay una tirolesa de 150 metros de largo sobre las aguas.
En total en esta área hay 6 de los 10 cenotes que existen en Aldama, así mismo está la gruta Los Cuarteles, la cual tiene este nombre porque en los tiempos de la Revolución Mexicana fue refugio de guerrilleros. Es una caverna de 850 metros de largo tiene 350 iluminados por tragaluces naturales ubicados en el techo, del cual cuelgan estalactitas hasta de 15 metros de largo. Por estas claraboyas naturales penetran los recios troncos y las raíces de los higuerones (Ficus sp.) que buscan el húmedo interior de la caverna. La mayoría de estos tragaluces son de unos cuantos metros de diámetro, pero también hay grandes hundimientos, debidos al colapso del techo, en donde se ha desarrollado un singular bosque de piedras y árboles: la naturaleza ha creado aquí una fantástica arquitectura surrealista que vale la pena admirar. En su interior existen pinturas rupestres. En la parte más profunda de esta gruta habitan alrededor de 800 mil murciélagos en su inmensa mayoría insectívoros, los cuales también se refugian en otras 2 cavernas más pequeñas conocidas como Los Murciélagos y La Casa.
En el costado oeste de La Azufrosa se localiza el cenote más grande del mundo conocido como El Zacatón, el cual tiene aguas termales de color verde muy oscuro. Tiene 116 metros de diámetro, con paredes verticales que tocan la superficie del agua unos 20 metros bajo el nivel del terreno circundante. Es la sima llena de agua conocida más profunda del mundo, con una profundidad total de 339 metros. (Los 392 metros de profundidad del Pozzo Merro, en Italia, la hacen más profunda, pero es más bien una cueva casi vertical que una sima). Usando un robot autónomo, la parte subacuática de Zacatón se ha medido hasta los 319 metros de profundidad (una diferencia de 20 metros entre el borde del acantilado y la superficie de agua se añade a la profundidad total).
La mayoría de los cenotes o cavernas con agua más importantes se forman como resultado del colapso de los techos de las cavidades subterráneas que se han formado por la disolución gradual de piedra caliza debido a la percolación del agua de lluvia ácida. Aunque también se cree que este cenote comenzó a formarse en el período Pleistoceno, como resultado de la actividad volcánica subterránea. El vulcanismo aumenta la acidez del agua a gran profundidad, poco a poco se comió la piedra caliza circundante en un proceso conocido como «karstificación hipogénica».
El Zacatón es la única sima de las cinco localizadas en el Rancho La Azufrosa que tiene un flujo de agua notable. A 10 metros de la superficie existe un túnel natural de 180 metros de largo que comunica la poza con el nacimiento del río (Barberena o Blanco, como lo conocen los lugareños), y a través del cual fluyen corrientes subterráneas. El agua está caliente (un promedio de alrededor de 30 grados Celsius), altamente mineralizada y tiene un olor sulfuroso. El nombre de Zacatón viene de las islas de zacate (pasto) que flotan libremente y se mueven por la superficie con el viento o por la imperceptible circulación del agua. La poza está habitada por quilas (pequeños pericos del género Aratinga) y pequeños galápagos. De unas raspaduras en las paredes de roca bajo la superficie se obtuvieron al menos 6 nuevos phyla de bacterias.
La profundidad del pozo ha atraído a muchos buzos durante muchos años. En 1993, la doctora Ann Kristovich llego a una profundidad récord mundial de 169 metros (554 pies) para una mujer. Al año siguiente, el 6 de abril de 1994, dos exploradores americanos intentaron bucear hasta el fondo de la sima. Jim Bowden alcanzó con éxito la profundidad récord del mundo para los hombres de 282 metros (925 pies), pero todavía no llego a tocar la parte inferior. Sheck Exley, el mejor buceador mundial de cuevas (impuso dos marcas de profundidad: 238 metros en 1988 y 265 metros en 1989) se sumergió en las aguas del Zacatón, junto con su compañero Jim Bowden, para intentar romper por vez primera la marca de los 1,000 pies (305 metros) de profundidad: desafortunadamente le sobrevino algún problema y se ahogó a los 276 metros. Lamentablemente el mejor buceador de cuevas del mundo murió en el abismo más profundo del planeta.
El misterio de la profundidad de la sima finalmente fue resuelto en 2007 en una exploración de varios millones de dólares, financiada principalmente por la NASA. Se hizo con un robot submarino, llamado Deep Phreatic Thermal Explorer (DEPTHX) o Clementina, creado por la Carnegie Mellon University, como parte de sus pruebas para algún día sumergirse en Europa, el satélite de Júpiter. El submarino tenía más de 100 sensores, 56 sónares repartidos por toda su superficie para obtener una imagen en tres dimensiones de lo que hay alrededor, 36 computadoras de a bordo, y 16 propulsores y actuadores, los cuales decidían dónde nadar, que muestras a recolectar y cómo llegar de regreso a la superficie.
La existencia de estas pozas ya era conocida desde época de la Colonia. En el Informe sobre la colonia del Nuevo Santander y Nuevo Reino de León (1795), Félix María Calleja, famoso militar realista y virrey de la Nueva España en los años de insurgencia, decía:
«Al Noroeste de la Villa de las Presas del Rey (hoy Aldama) se encuentra una gran cueva alumbrada con claraboyas naturales y 200 varas distantes de esta cueva, una profunda cavidad en la que existe un lago sobre el que flota en todo tiempo una isla de zacate, y cuyo fondo es insondable desde arriba».
En 1873 el ingeniero Alejandro Prieto, historiador y gobernador de Tamaulipas, incluyó en su Historia, geografía y estadística del estado de Tamaulipas, un artículo escrito por su padre, Ramón Prieto, titulado «Las aguas termales de La Azufrosa», en el cual hace una descripción detallada de la poza del Zacatón y de otras tres conocidas en ese entonces como poza de los Baños, de los Murciélagos y de la Alameda. Hace algunas conjeturas sobre la formación de estos magníficos hundimientos y comentarios sobre la salubridad, propiedades curativas y origen sulfuroso de sus aguas termales. También refiere la existencia de una excavación o galería subterránea, la poza de Los Cuarteles, que conduce a una cueva poco conocida.
«En las aguas de la Azufrosa todo es diferente, todo grande y extraordinario. Las pozas que hemos descrito y el inmenso caudal de agua expuesto a la mirada de todos, parecen extrañas al ruido del arroyo que forma su desagüe. Muertas o dormidas en apariencia, han tenido la fuerza necesaria para romper la capa de piedra que las cubría y, como avergonzadas de su encarcelamiento, dijeron veremos la luz y la luz se hizo para ellas».
La Poza El Zacatón es pues otro ejemplo de una formación natural muy parecida a El Ojo encontrado en Argentina y ninguna de ellas tiene nada que ver con extraterrestres, radiestesia y otras magufadas.
Ver: México Desconocido No. 258, agosto de 1998.
https://marcianitosverdes.haaan.com/2016/08/el-ojo/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2018/06/el-ojo-una-isla-rotatoria-en-argentina/