Opinión: Los ovnis y los extraterrestres tuvieron su día en el Congreso. ¿Fue esclarecedor?
Un miembro del público lleva un pin de ovni durante una audiencia del subcomité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes sobre ovnis el miércoles. (Nathan Howard / Associated Press)
27 de julio de 2023
Greg Eghigian
La audiencia del miércoles de un subcomité del Congreso que sondea los fenómenos anómalos no identificados, o FANI, introdujo un nuevo capítulo en una saga en curso.
Durante casi seis años, los periódicos, las noticias por cable y las redes sociales nos han llenado de historias sobre encuentros militares con aviones extraños y programas secretos del gobierno sobre ovnis. Las repercusiones han llevado a la creación de una nueva oficina gubernamental para rastrear los avistamientos de ovnis (la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios o AARO, por sus siglas en inglés) y de un grupo de estudio independiente para asesorar a la NASA sobre el fenómeno. Incluso la Administración Nacional de Archivos y Registros ha estado digitalizando registros gubernamentales sobre objetos voladores no identificados en los últimos meses.
La audiencia, celebrada por el Subcomité de Seguridad Nacional, Fronteras y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dio la palabra a tres testigos: los ex pilotos de la Armada David Fravor y Ryan Graves y el ex funcionario de inteligencia David Grusch. Los tres ya habían hablado con los medios de comunicación sobre sus experiencias, pero se trataba de un testimonio público bajo juramento.
Las acusaciones de Grusch fueron, con mucho, las más explosivas, al afirmar que el gobierno tenía acceso a tecnología “no humana” estrellada con “biológicos” a bordo y que los artefactos estaban siendo sometidos a ingeniería inversa. Grusch admitió, sin embargo, que “hablo de los hechos tal y como me los han contado”. Después, el representante Tim Burchett (republicano de Tennessee) felicitó a los tres hombres y anunció: “Hoy hemos hecho historia”.
El grado de historicidad de la audiencia es objeto de debate. Sí, fue novedoso que el Congreso escuchara abiertamente a algunos testigos de ovnis que parecen sinceros y creíbles. Pero no se compartió mucha información nueva, y Grusch se resistió cuando se le pidió que diera detalles sobre sus afirmaciones más sorprendentes en un foro abierto. Si el Twitterverso (¿el X-verso?) es una guía fiable, tanto los creyentes en los ovnis como los escépticos salieron inamovibles en sus opiniones, lo que demuestra los límites de la presión para arrojar luz sobre este tema.
El debate sobre los ovnis siempre ha ido más allá de la posibilidad de que haya visitantes extraterrestres, y esta vez no ha sido diferente. Desde el principio, tanto republicanos como demócratas invocaron una palabra para subrayar de qué trataba la audiencia: transparencia. Los representantes insistieron en una mayor transparencia por parte del ejército, de la comunidad de inteligencia y de los contratistas privados de defensa.
La demanda de una mayor transparencia gubernamental sobre los ovnis tiene una larga historia, que se remonta a la primera oleada de avistamientos de “platillos volantes” en 1947. Sin embargo, aunque muchos han hecho sonar el tambor de la transparencia -inspirando lo que se ha dado en llamar el movimiento de divulgación por parte de una comunidad mayoritariamente en línea-, este objetivo ha sido obstinadamente esquivo.
Esto se debe a varias razones.
Por un lado, tanto los militares como los servicios de inteligencia de EE.UU., Sudamérica y Europa han restado importancia a los avistamientos de ovnis y han mantenido clasificada gran parte de la información al respecto. Aunque la clasificación no es exactamente sorprendente por parte de las agencias gubernamentales, algunos observadores han visto en ello un indicio de lo que Burchett llamó “encubrimiento”.
Sin embargo, ya en la década de 1960, otros, como el físico atmosférico James McDonald, creían que la actitud indiferente del gobierno hacia los ovnis se debía a la incompetencia y la ignorancia. Él y el astrónomo J. Allen Hynek opinaban que la única solución consistía en que científicos civiles tomaran la iniciativa de examinar el fenómeno, de forma comparable al grupo de científicos civiles nombrado recientemente para asesorar a la NASA.
Otro factor que complica la búsqueda de la transparencia es la política. El secretismo ha sido una parte indeleble de todos los estados modernos y se acentuó durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría (basta con ver “Oppenheimer”). Aunque los que exigen transparencia a menudo afirman estar examinando las deficiencias del gobierno en general, los objetivos suelen ser las políticas de administraciones concretas.
La audiencia del miércoles fue un ejemplo de ello. Aunque se habló de boquilla sobre el apartidismo, tanto el representante Glenn Grothman (republicano de Wisconsin) como la representante Virginia Foxx (republicana de Carolina del Norte) aprovecharon la ocasión para castigar a la administración Biden por su gestión del incidente del globo chino en febrero, que Foxx calificó de “fiasco”. El llamamiento a la apertura a veces no es más que política partidista por otros medios.
Por último, la transparencia no garantiza la claridad y el consenso, especialmente en un tema tan importante como si los ovnis y los extraterrestres son reales.
En 1994, la Oficina del Secretario de las Fuerzas Aéreas hizo públicos los resultados de su investigación sobre el famoso Incidente de Roswell de 1947, concluyendo que los testigos se habían equivocado sobre la existencia de platillos volantes estrellados y cuerpos extraterrestres recuperados en Nuevo México. Los archivos de la antigua investigación ovni de la Fuerza Aérea, el Proyecto Libro Azul, están a disposición del público desde hace mucho tiempo.
De hecho, en todo el mundo, países como Australia, Brasil, Canadá, Dinamarca, Italia, Nueva Zelanda y España han publicado miles de páginas de documentos desclasificados relacionados con ovnis. Entre 2008 y 2013, el Reino Unido publicó unas 60,000 páginas de informes y correspondencia sobre ovnis de su Ministerio de Defensa.
Sin embargo, a pesar de ello, los entusiastas e investigadores de los ovnis no siempre se han puesto de acuerdo sobre cómo interpretar los documentos liberados y han seguido acusando a los funcionarios de retener registros clave.
Sin duda, la audiencia ha animado a los defensores de la divulgación a seguir adelante con la causa. Sin embargo, aún está por ver hasta qué punto será esclarecedora la transparencia.
Greg Eghigian es profesor de Historia y Bioética en la Universidad Estatal de Pensilvania y autor de “After the Flying Saucers Came: A Global History of the UFO Phenomenon”, de próxima publicación en 2024.
https://www.latimes.com/opinion/story/2023-07-27/aliens-military-congress-ufos-transparency