Puede que la Base Dulce no exista físicamente, pero fenómenos parafísicos parecen rondar Dulce, Nuevo México

Puede que la Base Dulce no exista físicamente, pero fenómenos parafísicos parecen rondar Dulce, Nuevo México

2 de junio de 2025

(Cortesía de Fernando Silva Hildebrandt)

Por Norio Hayakawa, de Albuquerque, Nuevo México – 23 de octubre de 2017:

Comencé mi investigación sobre el fenómeno ovni alrededor de 1961.

Son más de 60 años de estudio continuo.

Después de más de 60 años de investigación sobre este tema, creo que puedo afirmar con seguridad que para mí el fenómeno ovni parece ser real, aunque personalmente nunca he observado lo que puedo decir con seguridad que es un ovni, hasta ahora.

Sí, creo en la realidad del fenómeno ovni.

Sin embargo, también puedo afirmar que el fenómeno ovni no constituye evidencia concluyente de visitas extraterrestres físicas reales por parte de entidades biológicas extraterrestres físicas que piloteen o maniobren naves espaciales extraterrestres físicas de cualquier tipo.

Este fenómeno implica más que la hipótesis física de los extraterrestres. También soy muy escéptico sobre la existencia de artefactos ovni auténticos.

De hecho, no existe una sola evidencia documental física, tangible, sólida y creíble de que alguna vez hayamos sido visitados por entidades biológicas extraterrestres físicas en alguna nave espacial extraterrestre física.

Por cierto, el Área 51 en Nevada y Dulce, Nuevo México son dos de mis temas favoritos.

Puedo afirmar con confianza que no parece haber evidencia de ninguna conexión ovni o “extraterrestre” con el Área 51 en Nevada (que he investigado continuamente desde aproximadamente 1988).

Para mí, el Área 51 es un complejo muy importante de investigación, desarrollo y pruebas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos para sistemas de armas militares avanzados integrados con aviónica y aeronáutica y continúa expandiéndose cada año.

Se trata de nuestros dólares de impuestos duramente ganados y se merece legítimamente su papel en la protección de nuestra nación frente a amenazas globales, nacionales o extranjeras.

En lo que respecta a Dulce, no hay evidencia alguna de que exista una instalación o base biológica subterránea de colaboración entre Estados Unidos y extraterrestres en Dulce, Nuevo México.

Sin embargo, los informes de avistamientos de objetos extraños parecen continuar en el área de Dulce, lo que indica que el fenómeno en sí parece estar activo en esa área.

No tengo ninguna duda de que esta región de Nuevo México ha tenido una extraña actividad paranormal asociada a ella.

Aunque nunca ha habido ninguna evidencia física sólida y creíble de que exista allí una instalación o base biológica subterránea de colaboración entre Estados Unidos y extraterrestres, los informes de avistamientos de objetos extraños (así como avistamientos ocasionales de helicópteros militares sobre la comunidad) parecen continuar en el área de Dulce.

Pero antes de echarles un vistazo, aquí hay una breve información de fondo sobre Dulce, Nuevo México:

Dulce está ubicada en un bello entorno:

Dulce tiene muchos lagos hermosos como Stone Lake y varios otros, incluido un lago pequeño como el Lago Dulce mencionado anteriormente)

Aquí está The Dulce Rock:

LA FUNDACIÓN DE DULCE:

Dulce fue fundada por la familia Gómez como una explotación ganadera. El nombre original era «Agua Dulce», debido a la presencia de manantiales naturales que proporcionaban agua potable a la gente y sus animales.

La finca original fue fundada en 1877 por José Eugenio Gómez. La reserva apache de Jicarilla se estableció en 1887 cuando el pueblo apache fue obligado a establecerse en una reserva.

Actualmente el Rancho Gómez se mantiene bajo propiedad de Manuel Gómez, aunque está rodeado por tierras de reserva.

Ahora veamos los inicios de la conexión “ovni” con Dulce.

UN INCIDENTE CON UN PLATILLO VOLADOR EN DULCE, NUEVO MÉXICO, A FINALES DE LA DÉCADA DE 1960:

Según el testimonio de Darren Vigil Gray, ex residente de Dulce, Nuevo México, fue a fines de la década de 1960 que ocurrió este asombroso incidente en la autopista 64 entre Dulce y Lumberton.

En ese momento, Darren era un estudiante de cuarto grado en la reserva Apache Jicarilla en el norte del condado de Río Arriba.

Alrededor de las 6:30 am de esa mañana en particular, afirma que vio un platillo volador en camino a una escuela parroquial que estaba ubicada en la cercana Lumberton.

Un disco “de color metálico sucio” de unos 20 pies de diámetro pasó a unos 50 pies en el aire sobre su autobús escolar entre Dulce y Lumberton, dijo.

“Se armó un caos total en el autobús”, dijo Gray. Dijo que su hermano, que entonces cursaba sexto grado, gritó: “¡Es un platillo volador!”, pero el sacerdote que conducía la camioneta no se detuvo a investigar el fenómeno y, en cambio, pisó el acelerador.

(SOLO ILUSTRACIÓN)

Gray dijo que el disco parecía provenir de Archuleta Mesa y continuó por varias millas sobre las colinas bajas al sur de la carretera.

Dijo que pronto comenzaron a reportarse mutilaciones de ganado en la misma zona, y se decía que la mesa era una especie de base ovni.

“La experiencia realmente cambió mi perspectiva”, dijo Gray, ahora un artista reconocido en Santa Fe:

Este incidente también fue confirmado por un ex ranchero de Dulce, Edmund Gómez, quien también estaba entre más de una docena de estudiantes en ese autobús escolar:

La familia Gómez poseía el rancho más grande de la zona de Dulce en aquel entonces. A partir de 1975, aproximadamente , comenzaron a reportar numerosos incidentes de mutilaciones de ganado en su rancho, los cuales fueron rápidamente investigados por el agente de la Patrulla Estatal Gabe Valdez, asignado por el Estado de Nuevo México para investigar la situación.

Hasta la fecha, los incidentes de mutilación de ganado en el área de Dulce de aquellos años siguen sin resolverse.Ttanto Edmund Gómez como el difunto Gabe Valdez han expresado su creencia de que era el gobierno, y no los extraterrestres, quienes perpetraban estos incidentes y que pueden haber tenido algo que ver con el intento del gobierno de investigar de forma encubierta los efectos de la radiación en el ganado local como resultado del experimento nuclear subterráneo de 1967 (Proyecto Gasbuggy – 10 de diciembre de 1967) que tuvo lugar a unas 22 millas al suroeste de Dulce.

Pero, volviendo a ese extraño incidente del “platillo volador” en Dulce, Edmund Gómez declaró que él también estaba en ese autobús y fue testigo:

“En ese autobús viajaban más de una docena de estudiantes”, afirmó.

Este incidente fue mencionado en el Albuquerque Journal por Tom Sharp el 5 de abril de 1996.

Por cierto, aquí hay algunas fotos interesantes tomadas por el difunto Paul Bennewitz en Archuleta Mesa cuando empezó a explorar la zona, alrededor de 1979 y 1980 (fotos cortesía de Christian Lambright, autor de X DESCENDING, quien las presentó en una conferencia el 16 de junio de 2018 en Santa Fe, Nuevo México). ¿Defecto en el revelado de la película? ¿Anomalía en la lente? ¿Reflejo en la lente? Es difícil saberlo.

Aquí está la primera foto tomada por Bennewitz de supuestos «objetos» que supuestamente entraban por una pared de Archuleta Mesa. Como mencioné antes, ¿podría haber sido un fallo en el revelado de la película? ¿Una anomalía en la lente? ¿Un destello en la lente? Es difícil saberlo.

Pero debo mencionar aquí que los avistamientos más importantes de Paul Bennewitz no tuvieron lugar en Dulce, sino en las instalaciones de almacenamiento nuclear subterráneo de Manzano, en la base de la Fuerza Aérea Kirtland en Albuquerque, Nuevo México.

La siguiente ilustración, cortesía de Christian Lambright, autor de X DESCENDING. Las luces desconocidas (objetos artificiales) que Paul Bennewitz presenció entre 1979 y 1980, flotando sobre picos de aire azul en la ladera norte de la Instalación de Almacenamiento Nuclear Subterráneo de Manzano, a menos de una milla de su residencia. Esto fue lo que inicialmente alarmó a Richard C. Doty, de AFOSI, en la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland, lo que lo impulsó a contactar de inmediato con Bennewitz en 1979 y lo llevó a desviar su atención de la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland a un lugar remoto 200 millas al norte, es decir, a Dulce, Nuevo México, dentro de la reserva apache de Jicarilla.

Ahora, hablemos del fenómeno ovni en sí en general.

Como dije antes, el fenómeno ovni parece ser real. No hay duda al respecto.

Por cierto, el fenómeno en sí no es nuevo.

Existe desde tiempos inmemoriales.

Hay registros históricos de personas que vieron objetos extraños en los cielos, a lo largo de la historia, como “escudos voladores”.

La representación de los objetos observados parece corresponder a la comprensión cultural y tecnológica de la gente de cada época. En la actualidad, los objetos observados parecen tener una forma más aerodinámica.

A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la gente informó haber visto objetos extraños que parecían dirigibles enormes y de aspecto bastante rudimentario.

Más tarde, los dirigibles reales fueron construidos por los EE. UU.

A principios de la década de 1980, cuando Estados Unidos estaba probando prototipos de aviones furtivos, hubo muchos informes de enormes aeronaves triangulares volando sobre la costa este, que no tenían nada que ver con prototipos que estaba probando la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Se informó que enormes naves triangulares (a veces se decía que eran tres o cuatro veces el tamaño de un campo de fútbol) flotaban absolutamente en silencio en los cielos nocturnos.

No, no pertenecían a la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Para mí, la conclusión es la siguiente, aunque parezca cada vez más extraño.

El fenómeno me parece una intrusión parafísica temporal en nuestra dimensión física por parte de una inteligencia desconocida o de entidades sensibles desconocidas, que se materializan parafísicamente ante un observador preseleccionado (o un grupo de observadores) y se presentan al observador como un fenómeno físico.

La preselección también parece incluir una ubicación particular, así como un momento particular.

El fenómeno parece poder materializarse y desmaterializarse a voluntad.

(Grandes investigadores como el Dr. Jacques Vallee, John A. Keel y el Dr. J. Allen Hynek parecen estar de acuerdo aquí).

Sin embargo, el fenómeno no parece poder sobrevivir en nuestra dimensión física excepto por unos pocos segundos o unos pocos minutos a la vez.

Según estos investigadores, el fenómeno parece poder afectar temporalmente a nuestros parámetros físicos (como el radar, etc.)

Sin embargo, el fenómeno también parece ser incapaz de ser fotografiado con claridad, si es que se puede.

Aquí viene mi creencia personal. (No importa lo extraño que pueda sonar, es simplemente mi creencia personal.)

Creo que en este universo increíblemente vasto (mejor aún, multiverso), existen lo que describo como entidades sensibles parafísicas, tanto de tipo benévolo como malévolo (con una proporción de 2 a 1, es decir, dos de cada tres entidades son de naturaleza benévola).

(Hace eones, un tercio de todas las entidades angelicales cósmicas, sensibles y parafísicas fueron expulsadas de su dominio especial por el Creador por participar en una revuelta que sacudió el cosmos liderada por Lucifer, quien se convirtió en Satanás, y sus seguidores, “ángeles caídos” – como se sugiere en Apocalipsis 12:4 – muchos eruditos bíblicos parecen apoyar esta interpretación)

Han coexistido con nosotros desde tiempos inmemoriales. Parece que los seres benévolos rara vez se ven en su forma materializada temporal, pero creo que realizan buenas obras (sin ser visibles), brindándonos a menudo protección ante situaciones peligrosas.

Las entidades “malévolas” y engañosas son las que se materializan parafísicamente y se presentan como entidades físicas “alienígenas” de civilizaciones extraterrestres avanzadas originadas en el espacio exterior y que pilotean o maniobran sus naves espaciales extraterrestres.

No, dudo mucho que sean visitantes extraterrestres del espacio exterior, sino más bien una versión recientemente disfrazada de los antiguos “tramposos” extradimensionales.