Un nuevo estudio vincula la desaparición de estrellas con los ovnis y la actividad nuclear
28 de julio de 2025
Jake Carter
A principios de la década de 1950, los astrónomos del Observatorio Palomar en California capturaron imágenes del cielo nocturno que revelaron algo peculiar: objetos fugaces, similares a estrellas, que aparecían y desaparecían en cuestión de minutos.
Estos “transitorios”, como los llaman los científicos, fueron detectados durante el primer Estudio del Cielo del Observatorio Palomar, un proyecto que fotografió los cielos antes del lanzamiento del primer satélite artificial en 1957.
Un estudio reciente de los investigadores Stephen Bruehl del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt y Beatriz Villarroel de Nordita en Suecia sugiere que estos misteriosos destellos podrían estar relacionados con dos fenómenos sorprendentes: pruebas de armas nucleares en la superficie e informes de fenómenos anómalos no identificados, comúnmente conocidos como FANI u ovnis.
Los investigadores examinaron un conjunto masivo de datos que abarcaba desde noviembre de 1949 hasta abril de 1957 y analizaron más de 100,000 fenómenos transitorios detectados en las imágenes del estudio del cielo.
Estos transitorios eran fuentes brillantes, puntuales, que aparecieron en una fotografía pero estaban ausentes en las imágenes tomadas justo antes o después, descartando estrellas u otros cuerpos celestes conocidos.
El equipo se preguntó si estas breves apariciones podrían estar relacionadas con la actividad humana en la Tierra, específicamente con las pruebas nucleares realizadas por Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña, o con la ola de avistamientos de FANI reportados durante el mismo período.
Para explorar esto, compilaron un registro detallado de 2,718 días, anotando cuándo aparecieron los transitorios, cuándo se realizaron pruebas nucleares y cuándo se documentaron los avistamientos de FANI en una base de datos completa llamada UFOCAT.
Los días dentro de un período de tres días tras una prueba nuclear (es decir, el día de la prueba más el día anterior y el posterior) tuvieron un 45 % más de probabilidad de presentar transitorios que otros días. Además, en esos mismos días, el número de transitorios fue significativamente mayor, lo que sugiere una posible relación entre las explosiones nucleares y estos objetos celestes fugaces.
El estudio reveló que, en los días en que se observó al menos un transitorio, el número de reportes de FANI fue notablemente mayor. Por cada avistamiento adicional de FANI reportado en un día determinado, el número de transitorios aumentó aproximadamente un 8.5 %.
Este patrón se mantuvo incluso cuando los investigadores tuvieron en cuenta el hecho de que los informes de FANI eran comunes y ocurrían en casi el 90% de los días estudiados.
El vínculo fue más fuerte cuando tanto una prueba nuclear como un avistamiento de FANI ocurrieron el mismo día, lo que sugiere que estos eventos podrían amplificar los efectos de cada uno sobre los transitorios.
Una observación particularmente convincente se produjo en julio de 1952, cuando aparecieron múltiples transitorios en imágenes de reconocimiento del cielo durante dos fines de semana consecutivos. Estas fechas coincidieron con una famosa serie de avistamientos de FANI sobre Washington, D. C., donde los objetos fueron vistos tanto visualmente como en el radar durante horas.
Los investigadores especulan que algunos transitorios podrían ser FANI en la órbita de la Tierra, que reflejan la luz solar o emiten luz a medida que descienden a la atmósfera, lo que posiblemente provoque avistamientos en el suelo.
El estudio no afirma que los transitorios sean definitivamente FANI o causados por pruebas nucleares, pero descarta explicaciones más simples como defectos en las placas fotográficas.
A diferencia de las rayas que podrían resultar de los efectos atmosféricos, estos transitorios aparecieron como puntos distintos, lo que sugiere que eran objetos a grandes altitudes o en órbita.
Los investigadores proponen dos posibilidades: los transitorios podrían ser un fenómeno atmosférico desconocido provocado por detonaciones nucleares, o podrían ser objetos artificiales, quizás vinculados a la idea de larga data de que los FANI se sienten atraídos por la actividad nuclear.
La única posición estratégica del Observatorio Palomar también limitó el estudio, ya que se produjeron pruebas nucleares y avistamientos de FANI en todo el mundo. Aun así, los hallazgos refuerzan la idea de que los transitorios son fenómenos reales, no meros defectos fotográficos.
Históricamente, se han reportado numerosos incidentes ovni cerca de sitios de pruebas nucleares, lo que añade contexto a estos hallazgos. Por ejemplo, durante las décadas de 1940 y 1950, se observaron con frecuencia avistamientos de objetos inusuales en lugares como Los Álamos y el Sitio de Pruebas de Nevada, donde se desarrollaron y probaron armas nucleares.
Personal militar y científicos reportaron objetos metálicos de rápido movimiento en el cielo, a menudo durante o poco después de las pruebas. Estos registros sugieren un patrón de actividad de FANI cerca de instalaciones nucleares que podría extenderse a los transitorios observados en el estudio del cielo.
Fuentes y referencias:
https://anomalien.com/new-study-ties-vanishing-stars-to-ufos-and-nuclear-activity/