“Fui abducido y ahora sano personas”: la historia del veracruzano Carlos Campos
20 de agosto de 2025
Tras superar una enfermedad grave, afirma haber recibido una misión para ayudar a otros mediante energía curativa
Campos Loya afirma que, tras su abducción, cura enfermos; incluso a distancia / Ilustración generada con IA bajo la dirección de Roberto González. Esta imagen no representa un hecho real
Roberto González / El Sol de Tampico
Para Carlos Alberto Campos Loya, la vida cambió para siempre en 2017. Tras una grave enfermedad, experimentó un suceso que asegura aún no puede explicar: al despertar, encontró en su cuerpo restos de lo que aparentaba ser tecnología extraterrestre.
Desde entonces, el originario de Tihuatlán, Veracruz, afirma haber desarrollado habilidades que le permiten sanar a personas con distintos padecimientos.
Una vida marcada por lo inexplicable
Nacido el 4 de diciembre de 1967, Carlos asegura que desde niño se consideró diferente. “Tenía sueños lúcidos y premoniciones: no eran experiencias muy agradables”, relató a EL SOL DE TAMPICO.
Sostiene que en sus radiogradías se puede apreciar la tecnología extraterrestre en su cuerpo / Carlos Campos Loya
Tras su juventud, en la que cursó estudios en Puebla y sirvió en el Ejército, se dedicó a la carpintería, oficio con el que sostiene a su familia.
En 2017 su salud se deterioró drásticamente: sufrió derrames cerebrales y problemas cardíacos graves. “Me puse en paz con la vida y acepté la muerte”, recordó. Pero, al día siguiente, contra todo pronóstico, despertó sano.
Carlos asegura que, durante ese proceso, fue contactado por seres que le dieron dos opciones: riqueza material o la capacidad de ayudar a otros. Eligió la segunda.
Ha sanado a gente de México y otros países
“Me dijeron que iban a introducir tecnología en mi cuerpo, y así fue”, comentó. A la mañana siguiente, despertó con marcas en las manos y restos microscópicos que, según él, conectaron su organismo con una energía desconocida. Tuvo una dramática pérdida de peso y, por si fuera poco, detectó lo que aparenta ser un objeto metálico al interior de una de sus muelas.
Hoy, Carlos está avecindado en Durango donde tiene su consultorio de sanación, también recorre distintas ciudades ayudando a enfermeros. “Mi primera sanación fue una mujer con úlcera gástrica en Querétaro. Luego atendí casos en Ciudad de México, en Tampico, incluso en España y otros países”, dijo.
Su método, según describió, consiste en transmitir energía que actúa como un “láser” capaz de intervenir quirúrgicamente a nivel microscópico.
Entre el escepticismo y el reconocimiento
Si bien comenzó de forma altruista, reconoció que algunos pacientes le ofrecen compensaciones económicas debido a la magnitud de sus viajes y la gravedad de los casos, como el de un hombre con insuficiencia renal que logró mejorar tras varias sesiones.
Su familia ha aprendido a aceptar el destino de Carlos. “Mi hija me decía que no contara estas cosas, pero ahora está orgullosa del agradecimiento que me tiene la gente”, expresó.
Carlos no sabe por qué a él se le encomendó esta tarea. Afirmó que los seres le dijeron que su genética soportaba los cambios que sufriría y que debía aprovecharlo para ayudar a las personas. Quien desee contactarlo puede hacerlo al número xxxxxxxx.
Aunque inicialmente deseaba permanecer oculto, ahora siente que es momento de que las personas acepten que existen individuos con habilidades diferentes. “Lo que tengo no me hace especial; simplemente acepté una misión”, concluyó Carlos.