FANTASMAS TECNO
01.31.16
Steven T. Parsons. Ghostology: The Art of the Ghost Hunter, White Crow Books, 2015.
Peter Rogerson
El subtítulo de este libro es un tanto engañoso, no es realmente acerca de «todo el arte de la caza de fantasma», sino en gran parte está dedicado a un análisis crítico de los diversos tipos de equipos favorecidos por los cazador tecno-geek de fantasmas y que realiza ese servicio muy bien. Se describen todo tipo de aparatos, que se utilizan para medir la temperatura, la energía electromagnética, humedad, infrasonido, junto con varios tipos de cámaras y aparatos de grabación de sonido, y se explica la física básica detrás de cada uno, así como las posibles dificultades en su uso. Esto la convierte en una guía indispensable para cualquiera que desee utilizar ese equipo, aunque a veces me temo que este libro es tal vez demasiado seco y técnico para el cazador de fantasmas promedio.
A partir de los ejemplos citados en este libro, es tristemente evidente que muchos «cazadores de fantasmas» están tan lejos de lo científico como es posible estar, especialmente cuando recurren a médiums y psíquicos, gente que con demasiada frecuencia parecen tomar placer en asustar a la gente con historias sangrientas. Sospecho que el entretenimiento espeluznante y no de la ciencia es la motivación detrás de muchos de estos grupos.
Este tipo de enfoque está muy bien cuando se trata de propiedades esencialmente desiertas, (aunque algunos relatos de la ley y el estado general de salud y seguridad sería más valioso), pero este tipo de enfoque tecno-geek no tiene en cuenta el hecho de que las experiencias «fantasma», cualquiera que sea su causa son esencialmente experiencias humanas.
Los investigadores que se ocupan de las familias reales deben entender que bien pueden estar tratando con gente muy traumatizada, y, como un examen de los programas de literatura, a veces las familias con problemas profundamente arraigados pondrían a prueba al trabajador social con más experiencia. Los investigadores pueden encontrarse con problemas éticos y legales, incluso muy exigentes. A no ser que al menos un miembro de su equipo tenga experiencia en el trabajo social psiquiátrico y/o terapia familiar, no investiguen casas de familia. También es lógico que las personas invitadas a los hogares de las personas posiblemente vulnerables, especialmente cuando hay niños o jóvenes involucrados, deben estar sujetas a controles de antecedentes penales completos.
Mi conclusión sobre este libro es que es excelente en tecnología, pero más bien le falta el toque humano.