Dios es marciano y ordena asesinar

Dios es marciano y ordena asesinar

En febrero de 1981 una ola de indignación cubrió a los pobladores de San Antonio, Texas, a causa del asesinato de una niña de 14 años llamada Gloria González.

La muchachita murió a consecuencia de una herida de bala producida por una carabina militar calibre .30, el domingo 22 de febrero.

El asesino fue el joven de 19 años Rubén Estrada, a quien se atrapo de inmediato muy cerca del lugar de los hechos aun con el arma en la mano. Hasta aquí podría tratarse de uno más de los crímenes cometidos habitualmente en los Estados Unidos, si no fuera porque el asesino trató de dar una connotación de tipo extraterrestre a los hechos.

Estrada, un joven interesado en la temática ovni, declaró ante la policía que había cometido el crimen «cumpliendo una orden de los marcianos», de quienes él es emisario, y del propio Dios, que según él habita también en Marte. El asesino explico que desde hace varios meses es un contactado y que sus mentores le dijeron que tenía que cometer un crimen «“según el «sacrificio»- ritual para agradar a Dios que se encuentra en Marte. Indicó que la niña era apenas la primera de las elegidas para el sacrificio, pues «le habían dicho» que inmolara a otras cinco personas.

El asesino declaró que esperaba que sus maestros llegaran de un momento a otro a rescatarlo, pues é1 solo ha cumplido sus órdenes y, «Dios no abandona a sus siervos».

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