Cuando le entregaron este ultrasonido de su hijo, Amanda McLean, de Glasgow, Escocia, vio el rostro de Jesús. Ella dijo que podía ver su ojo izquierdo muy abierto, un bigote y la barba.
McLean pensó que esto era un milagro. Ella sufría de endometriosis y los médicos le dijeron que las oportunidades de tener un hijo sano es de 1 en 10. No se sabe si el niño nació sano.