El misterio de las centellas (523)
Cuando tenía 14 años vivía en la costa de Tampa Bay, un sitio notable por sus violentas tormentas. Una tarde de tormenta en 1934 entré en la cocina, mientras se veían rayos en toda el área. De repente, un globo de color azul brillante flotó de un calentador de agua hacia la pared de la cocina, donde pareció estallar. Con los años he repetido esta historia a varios físicos, pero siempre me dijeron que las centellas no existían.
Joseph V. Ridgely
Baltimore, MD USA