Una manera de quemar su dinero sin curarse

ESCRUTINIO

Una manera de quemar su dinero sin curarse[1]

Juan José Morales

Con cierto retraso, al fin puedo satisfacer a la amiga lectora que me pidió explicar qué es la llamada moxibustión, una de las seudoterapias sin sustento médico o científico que, según comenté hace algún tiempo, utiliza en un falso programa de atención médica el ayuntamiento de Progreso.

clip_image001Esta es una de las llamadas moxas, cilindros rellenos de hierba seca, con las que se practica la moxibustión. Solo un ingenuo dispuesto a ser timado puede creer que basta acercar esa especie de cigarro al cuerpo para mejorar el estado de salud de una persona o curar las enfermedades que padezca.

La moxibustión consiste en aplicar calor a ciertas partes del cuerpo con el propósito «”dicen sus promotores»” de tonificar el organismo, eliminar las flemas y desbloquear la energía estancada, con lo cual se fortalece el sistema inmunitario, mejora la circulación sanguínea, se estimula el metabolismo, mejora la digestión, se desintoxica el cuerpo, y gracias a todas las maravillas anteriores, se alivian o curan todo género de enfermedades.

Pero el calor no puede ser de cualquier fuente, sino que debe provenir de la combustión de la raíz de cierta planta llamada abrótano o artemisia (Artemisia abrotanum en la clasificación botánica). ¿Por qué sólo el calor procedente de la quema de abrótano es curativo y no el de otras fuentes? Nunca se ha explicado.

Hay dos formas de aplicar el calor. En una, se utilizan pequeños conos hechos con abrótano molido y compactado, que se colocan sobre el cuerpo y se encienden en la punta, de tal manera que se van consumiendo lentamente. La segunda forma consiste en acercar a los puntos que se desea calentar, unos rollos de abrótano semejantes a cigarros, llamados moxas, que se mantienen encendidos. Ambos métodos, dicho sea de paso, implican riesgo de quemaduras.

El principio básico de la moxibustión es el mismo que el de la acupuntura: que hay cierta energía vital llamada qi o chi que circula por el cuerpo a lo largo de conductos o canales «”no por las venas, las arterias ni el sistema linfático»”, conductos que sin embargo ningún anatomista ha logrado ver jamás. Mientras el qi fluye libremente, la persona se mantiene en buen estado de salud. Pero si se dificulta, bloquea o detiene su movimiento, sobreviene la enfermedad.

Para resolver el problema, sólo hay que calentar «”pero, repetimos, no de cualquier manera, sino con moxas o conos de abrótano»” ciertos puntos específicos del cuerpo, y de este modo estimular el flujo de esa supuesta energía vital.

Como se ve, estas ideas corresponden a la etapa precientífica de la medicina, cuando las enfermedades y el funcionamiento del cuerpo en general se atribuían a fuerzas sobrenaturales, influencias malignas, humores, aires maléficos o energías misteriosas. Recuérdese, por ejemplo, que fue sólo hasta el siglo XVII cuando se estableció el mecanismo de circulación de la sangre, de la cual incluso se creía que se producía constantemente en el corazón.

Aunque se le haya colgado la etiqueta de «medicina tradicional», esta seudoterapia no es un procedimiento médico. De hecho, sus propios promotores dicen que «es una terapia simple y eficaz que se puede practicar por cualquier persona», y ofrecen convertir en «moxiterapeuta» «”o como se llame»” a todo aquel que pague un cursillo por internet en alguna academia «patito», como la pomposamente llamada Escuela de Estudios Superiores en Medicinas Alternativas, que por sólo $2 500, y sin tener que poner un pie en un aula, le extenderá un bonito diploma que lo acredite como especialista en moxibustión y le permitirá comenzar a estafar incautos.

Desde luego, aunque este procedimiento no tiene ningún efecto terapéutico, mucha gente cree en ella, de igual modo que abundan quienes piensan que una «limpia» con hojas de ruda o con un huevo de gallina les sacará las enfermedades del cuerpo.

Con frecuencia se afirma que la moxibustión ha sido reconocida y avalada como método curativo por la Unesco, pero no hay tal. Lo único que hizo esa organización de las Naciones Unidas fue inscribirla en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que también incluye «”en el caso de México»” la música de mariachi, la cocina michoacana, la ceremonia ritual de los voladores de Papantla y las fiestas indígenas dedicadas a los muertos. La moxibustión se añadió a la lista, no porque se haya probado su efectividad, sino simplemente porque es una práctica que las comunidades chinas del mundo entero consideran parte integrante de su patrimonio cultural.


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 13 de junio de 2013.

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