Ovnis en Chile
Patricio Abusleme Hoffman, Terra Incognita, 2021, 350 páginas
Desde que empezó la historia de la ufología, es decir desde 1947, hasta 2021, ninguno de los varios libros sobre ovnis publicados en Chile había abordado de forma tan completa y profesional los casos reportados en todo ese período en el largo y angosto país del sur de América. No es una exageración. “OVNIs en Chile” es un libro por el que hubo que esperar durante décadas, porque nadie antes fue capaz de tomar un puñado de clásicos locales, trabajarlos como corresponde y ponerlos a disposición de los interesados de una manera que sea atractiva, pero sobre todo informada y competente.
El segundo libro del periodista Patricio Abusleme entra sin pedir permiso entre las cinco mejores obras escritas sobre la materia en Chile (listado en el que también se encuentra “La noche de los centinelas”, el primer título firmado por el investigador chileno). El autor tomó 13 de los casos más interesantes publicados en la prensa de su país desde 1956 y, entrevistando a testigos, recurriendo a fuentes bibliográficas, hablando con expertos, etcétera, consiguió reconstruirlos con una profusión de detalles nunca antes vista, y sacando a la luz información hasta ahora desconocida que puede ayudar a comprender mejor no solo los testimonios, sino también desnudando la inoperancia de la comunidad de “investigadores”.
Abusleme hace justicia a la misma historia de la ufología chilena al enaltecer casos que son desconocidos por muchos de los autodenominados “expertos”. Y si bien no siempre consigue explicar los fenómenos que expone ante los lectores, el autor sí deja la vida en cada capítulo intentando dar con una respuesta que permita dilucidar qué fue lo que sucedió ante la vista del asombrado testigo. Abusleme no se deja obnubilar por la pasión que él genuinamente siente por la ufología, y es capaz de comportarse profesionalmente, con objetividad, que es lo que se debe pedir a un periodista que se aproxima al enigma de los no identificados. Para porristas del misterio, enaltecedores de enigmitas y divulgadores de sonseras basta levantar una piedra y saldrán por montones. No se necesita más de esos.
Por lo mismo, libros como “OVNIs en Chile” son tan requeridos y merecen ser aplaudidos cuando aparecen. No solo por la profundidad de su aproximación al enigma y su irrestricto apego a los hechos, sino porque deja de tratar al lector como un imbécil y le ofrece no solo la bibliografía necesaria, sino también los elementos para que sea cada uno de nosotros, con todos los antecedentes sobre la mesa, sin que nadie mezquine un solo dato, quienes seamos capaces de discernir si nos encontramos realmente ante algo anómalo o no. Quien busque la papilla digerida y el enigma en bandeja seguramente se desilusionará acá. Pero aquel que desee ser tratado con respeto encontrará en este libro un aliado inseparable.
Abusleme pasea por islas, por la Antártida, por Santiago, por el norte de Chile, por encuentros de pilotos con ovnis y apariciones marianas. Persigue a los testigos como un sabueso y los entrevista sin dejar pregunta alguna por hacer. El más mínimo antecedente está en el relato, de construcción impecable. No falta el caso de Armando Valdés, quizás el más famoso que ha parido la ufología chilena, como tampoco la historia de unos artistas que dicen haber sido perseguidos por un ovni en el desierto, el testimonio de un señor que dice haber sido subido a un plato volador en pleno Santiago ni el relato de dos niñas que vieron una “mujercita” dentro de una curiosa burbuja volante.
Quien quiera conocer la casuística de la ufología chilena -bastante menos rica de lo que suponen los ufólogos del país, pero lo suficientemente atractiva como para prestarle atención- tiene en “OVNIs en Chile” un libro único, con un abordaje profesional y serio que lo pone, sin ánimo de exagerar ni buscando poner halagos donde no es preciso, entre los libros más relevantes publicados en nuestro idioma sobre el tema, y sin ninguna duda, entre los mejores del año 2021.
Diego Zúñiga