Plantas de “sangre caliente”
8 de octubre de 2007
Kentaro Mori
Bueno, puede que no tengan sangre, pero sí generan su propio calor. Comentando la nota anterior sobre la comunicación entre plantas a través de redes, el profesor Jorge Petretski mencionó (¡gracias!) esta curiosa columna en Science News.
La flor de Helicodiceros muscivorus, por ejemplo, no solo emite un delicioso aroma a carne podrida, sino que también emite calor, que es, de hecho, la forma en que emite su aroma. Philodendron selloum es aún más sofisticado, generando calor para estabilizar la temperatura de su flor, con una variación de hasta 4 grados. El Symplocarpus foetidus, visto arriba, es notable: en temperaturas ambientales de -15 grados, mantiene proyecciones a una temperatura de 15 grados Celsius (+12 grados Fahrenheit), una diferencia de 30 grados Celsius. Otras plantas capaces de generar calor incluyen el loto: en un entorno a 10 grados Celsius, investigadores australianos encontraron que su flor mantenía temperaturas de 30 a 36 grados Celsius.
Según el zoólogo Roger Seymour, uno de los propósitos de todo este calor era crear un rincón acogedor para los insectos polinizadores. Pero en familias de plantas más recientes, esta comodidad para los insectos habría sido reemplazada en la evolución por algo más económico y eficiente: el suministro de polen y néctar. Para él, «las discotecas han sido reemplazadas por la comida rápida».