Lo que REALMENTE les sucede a las personas que viajan repentinamente «atrás en el tiempo»: El fenómeno del viaje en el tiempo ha sido experimentado por una gran cantidad de lectores del Mail, como experto paranormal esta es mi explicación.
5 de junio de 2024
Por Ciaran O’keeffe
Cuando era estudiante de maestría en Liverpool en 1996, caminaba deliberadamente todos los días el largo camino desde la universidad hasta el centro de la ciudad.
No era superstición ni paranoia. Era porque ansiaba experimentar el famoso salto temporal de Bold Street.
Un puñado de personas afirman haber paseado por esta calle de suave pendiente y haber sido transportados repentinamente a la década de 1950.
Nicholas Lyndhurst en la comedia de la BBC: interpreta a Gary Sparrow, un londinense de la década de 1990 que puede viajar en el tiempo a la misma zona durante la Segunda Guerra Mundial.
El asfalto bajo sus pies se convierte en adoquines, las zapatillas deportivas y los vaqueros se sustituyen por ropa de época y las fachadas de las tiendas se vuelven anticuadas.
Esta es una de las leyendas de viajes en el tiempo más notorias, sobre todo porque muchas personas afirman haberla experimentado.
Pero como demuestran las extraordinarias cartas de los lectores del Mail, los saltos temporales aparentemente pueden ocurrir en cualquier momento y lugar. Después de que la lectora Jeanette Kelly escribiera hace unas semanas describiendo un salto temporal que había experimentado décadas atrás, cuando una calle de las afueras de Londres se transformó repentinamente en un extenso bosque, el periódico se llenó de lectores que compartían experiencias muy similares.
Entonces, ¿qué ocurre realmente cuando, en un abrir y cerrar de ojos, descubres que ya no estás en la misma década, ni siquiera en el mismo siglo? Como psicólogo especializado en lo paranormal —y con más de tres décadas de experiencia en el tema—, tengo algunas teorías que podrían ayudar a descifrar las espeluznantes historias que se detallan en estas páginas.
El deslizamiento temporal arquetípico es cuando un individuo percibe que se ha «deslizado» hacia un período de tiempo diferente, esencialmente como un viaje en el tiempo involuntario.
Voy a proponer cuatro posibles teorías, todas basadas en la investigación científica, y dejaré que ustedes decidan cuál se ajusta mejor a los misteriosos casos que ven. Mi primera explicación se basa en la fragilidad de la percepción humana.
Medio siglo de investigación en «psicología perceptiva» demuestra que la percepción se ve profundamente afectada por factores como el cansancio, el hambre, el miedo, la excitación e incluso el alcohol y los medicamentos recetados.
¿Podrían los deslices temporales ser simplemente alucinaciones provocadas por estos factores? Todos sabemos que cuando uno está extremadamente cansado, incluso con falta de sueño, se vuelve difícil concentrarse, escuchar, medir distancias o reconocer rostros y lugares. Quizás los deslices temporales sean ejemplos exagerados de la misma sensación. Recuerde, nuestra percepción se distorsiona fácilmente y nunca debemos confiar plenamente en ella.
Mi segunda teoría es que los deslices temporales se deben a errores cognitivos como el sesgo de confirmación. En otras palabras, cuando el cerebro se convence a sí mismo de lo que quiere creer.
Si estás caminando por la calle, «ves» a una dama con ropa de época y tal vez inconscientemente quieres creer que estás en un viaje en el tiempo, el cerebro es muy hábil en completar esa imagen para ti.
Ese primer estímulo visual —en este caso la dama vestida de época— es lo que llamamos el «ancla» sobre el que se construye la ilusión mayor.
La tercera teoría se refiere a los estados alterados de conciencia (EAC). Estos suelen ocurrir de forma natural justo al dormirse o al despertar, cuando se está soñando y en estado semiconsciente. El cerebro puede confundirse rápidamente y confundir los sueños con la realidad.
Tal vez no sea aplicable mientras caminas por la calle, pero si estás acostado en la cama en ese momento liminal entre despertar y dormir, puedes ver tus sueños desarrollarse frente a ti como alucinaciones.
Esto no es exclusivo del sueño, sino que puede ocurrir al realizar tareas cotidianas como conducir o planchar. Cuando la mente empieza a soñar despierta, la imaginación puede mezclarse con la realidad.
Finalmente, los desfases temporales podrían explicarse por campos electromagnéticos. Investigaciones realizadas por académicos canadienses demuestran que dichos campos de energía pueden producir alucinaciones al manipular las señales cerebrales.
La calle Bold de Liverpool se encuentra justo encima del centro de la red ferroviaria subterránea de la ciudad. ¿Quizás las señales electrónicas del ferrocarril estén provocando alucinaciones en quienes pasan por encima?
Algunos dirán que todas mis teorías son erróneas e insistirán en que los saltos temporales son prueba de los viajes en el tiempo. Si has visto la película de ciencia ficción de Christopher Nolan, Interstellar, o incluso conoces a Einstein, sabrás que el tiempo no es necesariamente lineal… y que podemos saltar entre periodos de tiempo si logramos salir de nuestra experiencia tridimensional.
Como académico y científico, soy escéptico respecto a algunos aspectos. Pero no soy cínico.
Algunos dicen que la humanidad está lejos de comprender verdaderamente los secretos del universo, el poder de la mente o la naturaleza de nuestra existencia.
Y lo que es más, estoy seguro de que ninguna explicación racional será suficiente para alguien que haya experimentado la aterradora sensación de retroceder en el tiempo.
Ciarán O’Keeffe es psicólogo aplicado y parapsicólogo y director de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Buckinghamshire New University.
Al pasar junto a nuestro monumento de guerra local, me vi rodeado de puestos de mercado y caballos. Estaba en el siglo XIX.
Un pastor y su perro detienen el tráfico (un solo vehículo) a principios del siglo XX en Lewes, East Sussex.
Carta que lo empezó todo
Tengo más de 60 años y hace 20 años, estaba caminando por algunas calles secundarias del sureste de Londres (para llegar a la casa de mi madre) cuando de repente la zona se veía diferente.
Un gran muro apareció frente a mí con dos casas antiguas en cada extremo que parecían vacías. Pero lo curioso es que, al otro lado del muro, se extendía una especie de bosque; parecía oscuro y espeluznante.
No había señales de vida silvestre ni aves. Corrí rápidamente en dirección contraria, confundida. Con los años, lo he pensado y las dimensiones no cuadraban: un enorme bosque en callejuelas del sureste de Londres que nunca antes había estado allí. He leído sobre viajes en el tiempo, quizá estuve en uno. ¿Alguien más ha tenido una experiencia como la mía?
JEANETTE KELLY, Wantage, Oxfordshire.
Lewes en East Sussex como se ve en 2024 con tiendas en High Street y una calle bordeada de automóviles, y sin ovejas
Mi pueblo en una época diferente
Hace unos seis meses, caminando a casa después del trabajo, me detuve en el monumento de guerra de nuestro pueblo para ajustar mi bolso. La gente iba y venía. Miré hacia arriba y todavía no puedo comprender lo que vi, y no se lo he dicho a nadie hasta ahora.
Ante mí aún había una calle concurrida, pero parecía una foto en blanco y negro. Era mi pueblo en un día de mercado, con puestos, artesanías, caballos, aves de corral colgadas en ganchos y niños correteando. Era Portadown en otra época. A juzgar por la vestimenta, era el siglo XIX.
En un abrir y cerrar de ojos, volví a la normalidad. Lo he pensado muchas veces y no he encontrado una respuesta.
NOMBRE SUMINISTRADO, Portadown, Co. Armagh, Irlanda del Norte.
Cabezas redondas y caballeros
Mi padre me contó su experiencia de una noche en los terrenos de Burghley House, donde estaba convaleciendo durante la guerra.
Deportista y abstemio, salió sin embargo con un par de amigos al bar del pueblo.
De regreso, caminaban hacia la entrada principal cuando de repente oyeron el repiqueteo de cascos y gritos. Se giraron y vieron a dos jinetes Cavalier perseguidos acaloradamente por tres jinetes Roundhead. Este grupo pasó de largo y luego desapareció.
Papá dijo que cuando entraron a la casa, varios hombres dijeron que parecían haber visto un fantasma. Al contar la historia, todos la creyeron porque sabían que papá no bebía.
JEANETTE MEYERS, Ashford, Kent.
El padre de Jeanette Meyer vio a dos jinetes Cavalier perseguidos de cerca por tres soldados de caballería Roundhead cuando regresaban a casa desde el pub del pueblo.
Tudor de rodillas
He sido muy reacio a contar esta historia por miedo a que me consideraran ridículo.
Cuando tenía 20 años, asistí a una recepción de boda en una antigua iglesia en el East End de Londres.
Salí brevemente de la fiesta y, al volver, me encontré con una función completamente distinta. Era una enorme reunión de personajes Tudor: algunos en un escenario y muchas sirvientas con jarras.
Me recuperé y me encontré entre la habitual comitiva nupcial. En aquel entonces era una joven moderna que trabajaba en una oficina y, como madre de un bebé de nueve meses, desde luego no estaba borracha.
Linda Kendall, Rayleigh, Essex.
Puestos de libros en Shoreditch High Street, al este de Londres, a mediados de la década de 1920
Peckham High Street en el sureste de Londres
Tiempo de juego pasado
Tuve una experiencia similar dos veces.
La primera vez fue en 1951, cuando tenía seis años. Fui a visitar a unos amigos que vivían en una calle con una hilera de tiendas y un callejón detrás.
Al entrar en este callejón, vi a una docena de niños corriendo y jugando. Llevaban la misma ropa que yo. Tenía seis años y no entendía qué pasaba, pero sí me preguntaba de dónde salían todos esos niños.
Llamé a la puerta de mi amigo y me abrió su hermano. Le pregunté por los niños, pero no quiso decir nada. Me dio la impresión de que ya los había visto antes.
Los niños habían desaparecido tan extrañamente como habían aparecido.
La segunda vez fue alrededor del verano de 2014. Acababa de visitar a mi médico y estaba caminando a casa por el mismo callejón, y de repente estaban los mismos niños otra vez.
No me pareció aterrador, más bien extraño e interesante. Escuché que cayeron bombas en la zona durante la Segunda Guerra Mundial y me pregunté si los niños formaron parte de eso.
WILLIAM S. ALEXANDER, Monkseaton, Tyne y Wear.
Pasé por mi lado
Hace unos 20 años, iba conduciendo por Whiteknights Road, cerca de la Universidad de Reading, cuando vi que mi coche venía hacia mí, conmigo en el asiento del conductor.
Mi «otro yo» y yo nos miramos con asombro al cruzarnos. El estado del tráfico no me permitió dar la vuelta y alcanzar al otro coche.
No tengo ningún recuerdo de la experiencia vivida por el “otro yo”, aunque utilicé frecuentemente ese camino en ambas direcciones.
MICAHEL McDONALD, Narberth, Pembrokeshire.
Nos llamó la atención
Vivo al lado de un campo de guarnición romana donde se encontraron miles de monedas enterradas.
Durante el confinamiento, cuando no había aviones, coches ni gente en la calle, mi hijo y yo estábamos en el jardín y ambos oímos, al mismo tiempo, a los soldados marchando por el camino que bordea este campo.
Podría haber sido un viaje en el tiempo, o el regreso de espíritus deseosos de darse a conocer ante nosotros.
Señora M. WHITMEY, Sherborne, Dorset.
Saga de nuestra comida
Hace unos diez años, mi esposo, su hermano, su esposa y yo íbamos en coche a Manchester para visitar el tour de Coronation Street. Pasamos por un cartel que indicaba un asador con muy buena pinta. Los cuatro lo vimos y pensamos que sería un buen lugar para comer después del tour.
Sin embargo, al regresar por el mismo camino unas horas más tarde, no había ninguna señal y el restaurante de carnes simplemente no estaba allí.
Recorrimos la calle tres veces, pero el asador había desaparecido. Así que comimos en un pub cercano. Preguntamos al personal sobre el asador, pero nadie sabía nada de él. La única explicación que se nos ocurrió fue un desfase temporal.
JILL SIDDERS, Newington, Kent.
Reliquias de Glasto
Vivo en un pueblo de Cornualles, y la primera vez que subí a «The Beacon» (una gran colina cerca de mi casa), vi gente extraña de todo tipo. Luego descubrí que «The Beacon» era un castro de la Edad de Hierro.
Hace unos años, unos amigos y yo fuimos a Glastonbury y vi soldados romanos deambulando. Un par de nosotros subimos a Glastonbury Tor y vi el paisaje como era hace un par de miles de años.
PAT POOLE, St Austell, Cornualles.
Una visión en Versalles
Recuerdo que mi difunta madre me contó sobre una ocasión en la década de 1930 en que visitó el Palacio de Versalles en Francia.
Se encontró con un grupo de gente animada, las mujeres vestidas con largos vestidos de gala y los hombres con pelucas empolvadas.
El espectáculo dejó a mi madre conmocionada y perturbada. Al preguntar al respecto, le dijeron que el grupo probablemente eran actores representando una escena de película. No insistió en el asunto, pero nunca lo olvidó.
J. WINCHESTER, Barnstaple, Devon.
¿En verdad viajó por el tiempo? Esta es la misteriosa historia de Sergei Ponomarenko
25 de octubre de 2024
Muchas personas creen que los viajes del tiempo son una mentira, pero ¿cómo es posible que este hombre “pudiera” hacerlo?
La gente quedó sorprendida ante la llegada de un hombre cuya apariencia no pertenecía a la actualidad | Cortesía / César González
César González / El Sol del Centro
Cuando se habla de viajes por el tiempo, lo primero que nos viene a la cabeza es un fenómeno fantasioso que está lejos de nuestro alcance. Muchos consideran que el avance de la tecnología ha permitido que usemos dispositivos u objetos que años atrás eran imposibles de conocer, pero ese avance no ha podido ser lo suficiente como para teletransportarnos a otra dimensión.
A lo largo de los años, se han llegado a conocer casos de personas que supuestamente utilizaron máquinas del tiempo, o caminaron por algún sendero que los llevó a otra época. Estos testimonios solo se han quedado como lo que son, versiones de historias que no han podido comprobarse del todo.
En los años 50’s todo parecía estar bien en la vida de un hombre cuando repentinamente su vida dio un giro inesperado al viajar a través del tiempo. ¿Estás listo para conocer qué fue lo que realmente pasó?
Sergei Ponomarenko era amante de la fotografía; tenía una vida tranquila en la ciudad de Kiev, Ucrania, sin que tuviera problemas con algún vecino o conocido. Sus allegados sabían que se trataba de un hombre tranquilo, quién pasaba sus ratos libres al lado de su novia Valentina Kulik, o también fotografiando cualquier cosa que pudiera atravesársele.
Era el año 1958, a sus 30 años lo único en lo que pensaba Sergei era en formalizar bien su relación con Valentina, trabajar mucho pero sobre todo seguir disfrutando de la fotografía. De repente, una tarde, cuando el hombre se encontraba cerca de su casa algo había llamado su atención, pues un platillo volador se encontraba en los aires, momento que no podía desaprovechar para capturarlo.
Sergei disfrutaba de su vida al lado de su novia Valentina | Cortesía
Cuando Sergei tomó aquella fotografía es como si hubiera sido víctima de algún accidente, pues en un abrir y cerrar de ojos el hombre fue testigo de cómo despertó en una época que él no reconocía en lo absoluto. Ahora, se encontraba en la misma ciudad de Kiev pero totalmente renovada, las calles eran otras así como la apariencia de los edificios y casas.
La gente que caminaba por allí quedó sorprendida, nadie podía explicarse cómo es que un hombre con atuendo de la década de los 50’s se encontraba vagando por las calles, nervioso y como si estuviese perdido. Esto los hizo alertar a las autoridades, quienes no dudaron en presentarse para saber qué estaba pasando.
Sergei apareció en otra época que no era la suya: la ciudad de Kiev del «futuro» | Cortesía / X
Al acercársele, le preguntaron su nombre, aunque también Sergei no desaprovechó el momento para cuestionarlos sobre el nombre de una calle, en donde se dio cuenta que ésta ya había desparecido años atrás.
Los agentes le pidieron alguna identificación que pudiera comprobar su identidad, topándose con un antiguo documento fechado en 1950, expedido por la antigua Unión Soviética y en el que se resaltaba claramente su nombre: Sergei Ponomarenko.
Llegando a la conclusión de que se trataba de un hombre que posiblemente sufría de problemas mentales, Sergei fue abordado a la patrulla y llevado a un hospital psiquiátrico, en el que empezó a ser cuestionado sobre los motivos por los que se encontraba en aquella zona mostrando un alto nivel de desorientación.
Entre la conversación, Sergei no dudó en preguntarle a uno de los médicos en qué año se encontraba, a lo que este respondió que era el 23 de abril del año 2006. Cuando aquellas palabras entraron por los oídos de Sergei, este quedo perplejo, no podía creer que estuviera en un año demasiado futuro para la época de donde provenía.
Fue allí cuando Sergei rompió con su silencio y aclaró que probablemente fue víctima de una fuerza que lo hizo viajar por el tiempo, llegando incluso a recordar aquél objeto volador no identificado que fotografió.
Cuando Sergei fotografió ese extraño objeto, fue cuando se teletransportó a otra época | Cortesía / X
Era de día y quise dar un paseo por la ciudad, tomé mi cámara de fotos pero cuando salí de mi casa vi un objeto extraño que tenía una forma de campana, era muy raro, y volaba de una manera extraña. Sergei Ponomarenko
Para su suerte, Sergei no viajó solo, pues además de su ropa pasada de moda y su identificación, aún llevaba consigo aquella vieja cámara con la que pudo capturar el momento, por lo que le pidió tanto a los médicos como a las autoridades que pudieran revelar las fotos para comprobar que su testimonio era verdad.
Fue el doctor Kutrikov el que se encargó de contactar con un experto en fotografía (Vadim Poisner), quien en ese año aún se dedicaba al revelado de fotos. Cuando se le entregó la cámara se topó con una pequeña peculiaridad, pues el rollo fotográfico se encontraba intacto y en buen estado, aunque era un tipo de rollo que se había dejado de revelar en 1970. Según Poisner, el revelado de la fotos fue todo un éxito, pero lo que más llamó su atención fue lo que había en cada una de ellas.
Había fotos de la antigua ciudad de Kiev, el retrato de una hermosa mujer, quien era la novia de Sergei, y retratos del mismo Sergei con vestimentas que dejaban en evidencia que pertenecían a la década de los 50’s. Si bien todo parecía confuso, una de las últimas fotos reveladas lo cambió todo, pues Poisner pudo ver un raro objeto volador en el cielo, como una especie de ovni, justo como el que Sergei había descrito durante la entrevista con el doctor.
Si bien estas pruebas parecían demostrar un poco de la veracidad sobre el testimonio del hombre, éste no se salvó de ser encerrado en una de las habitaciones del hospital para su posterior valoración. Una vez que este fuera atendido, le darían el alta para que pudiera continuar con su vida; sin embargo, esto no fue posible, ya que el 24 de abril del mismo año, Sergei fue captado en cámara ingresado a su habitación, lugar del que nunca salió.
Identificación que vieron autoridades ante la presencia de Sergei | Cortesía
Esto alertó al personal médico donde pudieron comprobar que Sergei había desaparecido. Todo en su habitación quedó tal y cómo él lo dejó, pero no hubo rastros suyos en los días posteriores.
La desaparición de Sergio llegó a oídos de los medios y de muchos expertos más, quienes no tardaron en analizar qué motivos había para entender este misterioso hecho, así que sus investigaciones los condujo al pasado de Sergei, donde pudieron contactar a la que fue su antigua novia.
Según su esposa, Sergei regresó para entregar esta fotografía suya del año 2045 | Cortesía / X
Estando en su casa, Valentina les confirmó que Sergei era su novio, y que en 1958 desapareció sin dejar rastro, dejando muchos planes a futuro, como los de casarse y viajar. Más pruebas salieron a la luz, ocasionando que los expertos quedaran peor de confundidos, pues Valentina no solo les enseñó fotos que habían sido tomadas por Sergei en 1956, sino una en particular que ocasionó más dolores de cabeza.
Según Valentina, Sergei regresó en la década de los 70’s para informarle que fue víctima de aquél ovni que fotografió y que no había parado de viajar por el tiempo. Tras su regreso, le entregó una fotografía que se había tomado en el año 2045, en el que se le veía posar en la futurística ciudad de Kiev con una apariencia mucho más madura.
A pesar de que tenían las pruebas y el testimonio de una persona muy allegada a Sergei, no hubo forma de poder dar con el paradero del hombre, pero sobre todo saber si este viaje por el tiempo fue real como él lo afirmaba. El caso de Sergei continúa siendo un misterio para ciertas personas, pero para otras no, pues gracias al avance de la tecnología, algunos internautas han desmentido esta historia afirmando que la fotografía de Sergei en el 2045 se trata de un montaje hecho con programas de edición.
En cuanto a las fotografías de Sergei en la década de los 50’s, nadie ha podido entender cómo es que estas pudieron aclarar la versión de los hechos, pero sobre todo la captura de un ovni que no se si sabe si realmente fue el causante de esta historia.
La pregunta final de todo esto; ¿Dónde está Sergei?