En donde sí se construyó una pista de aterrizaje de platos voladores fue en Lake City, Pennsylvania. La inauguración fue el 4 de julio de 1976 y formaba parte del proyecto de la conmemoración del bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos
La construcción se inició en abril con la colocación de la primera piedra de una plancha circular de unos 30 metros de diámetro. Donald Tome, antiguo jefe de la policía de Lake City y encargado del proyecto aclaró:
«Es verdad que en la actualidad no se conocen aún las dimensiones exactas de las máquinas voladoras extraterrestres, pero se tiene la esperanza de que este diámetro sea suficiente para el descenso o el ascenso de por lo menos una de ellas».
El aeropuerto se construyó no lejos de la población, en un terreno que Jim Meeder, director del proyecto, donó para tal fin. Toda la población de Lake City respondió con entusiasmo, colaborando ampliamente en el proyecto que tuvo un costo de 6,000 dólares. Se instaló una antena radial para atraer a los platillos voladores y un radar de segunda mano para guiarlos en su descenso, todo esto en un edificio que funcionaba como centro de control. La pista circular estaba rodeada por tres anillos de luces rojas, blancas y azules. En días especiales un equipo de dos pequeñas figuras extraterrestres verdes se colocaba alrededor del platillo de fibra de vidrio.
El ovni-puerto se convirtió en símbolo de la ciudad. En Lake City se elaboraron proyectos para producir camisetas, placas de automóviles, postales y vistosas calcomanías con insignias del aeropuerto para ovnis, que se vendían en la tienda del camping. En los folletos se explicaba que el sitio es el «Primer puerto de aterrizaje de ovnis en el mundo».
Se previó además que si no ocurría ningún descenso de máquinas voladoras extraterrestres, las instalaciones de ese singular aeropuerto serían aprovechadas por la población en otro proyecto que probablemente sería llamado «Parque ovni», conservando, eso sí, las características del inicial ovni-puerto.
En ese mismo año se construyó otro ovni-puerto en la ciudad de Arès, Bassin d’Arcachon, Francia. En ese entonces Arès era una pequeña villa balneario de no más de 3,000 habitantes ubicada en la Bahía d»™Arcachon, en Gironde. La idea del proyecto fue del ingeniero electrónico y trabajador del aeropuerto de Bordeaux Merignac, Robert Cotten. Ayudado por otros técnicos de aviación civil convenció a las autoridades de Arès de construir estas instalaciones. Por aquel entonces se reportaban muchos avistamientos de ovnis en esa zona. Cotten pensaba que «Si aterrizan tan pocos objetos voladores no identificados, es porque se ha hecho muy poco para darles la bienvenida. Hasta el día de hoy nada hace pensar que vengan con malas intenciones y, sin embargo, los poderes públicos no han hecho nada para promover el alojamiento de nuestros visitantes«.
El encargado de llevar la propuesta al Consejo Municipal fue Christian Raymond, consejero regional y alcalde de la localidad. La reunión se llevó a cabo el 21 de julio de 1976. Raymond recuerda:
«El Consejo Municipal deliberó en el pleno la propuesta, estableció un reglamento y estudió las consecuencias de un tráfico intenso de ovnis que pudiera modificar la calidad de vida de la comunidad o el crecimiento normal de las ostras».
El proyecto fue autorizado. Se construiría una pista de aterrizaje con balizas de señalización, una manga de viento, un radar y un mástil para la bandera gala. La inauguración fue el 15 de agosto de 1976. Lo que se quería conmemorar no era la Independencia, ni la Revolución ni nada de eso, simplemente era un acto más de la Fête de l»™huitre (fiesta de la ostra), que se había comenzado a celebrar apenas cinco años atrás.
En el acta de aprobación para la construcción del ovni-puerto se estableció que los primeros ovnis que aterrizaran estarían exentos de pagar impuestos por uso de aeropuerto y a sus tripulantes se les facilitaría la inscripción en los torneos de petanca, ajedrez y loterías de la feria. Sin embargo, si hubiera una gran afluencia de vehículos intergalácticos, «será necesario limitar el aparcamiento instalando ovni-parquímetros», decía Raymond
Cotten pugnó porque se instalara un «ovnímetro con memoria», aunque nunca explicó qué era ese aparato. Luego informó a los periodistas: «Los americanos se afligieron de no ser los primeros. Ellos piensan invitarnos a la inauguración de una estructura similar en una superficie herbosa (sembrada de tréboles) de 25,000 metros cuadrados».
Hay una placa en la playa que recuerda la inauguración que lleva la inscripción siguiente:
«OVNIPORT ARES : 15 de agosto de 1976, después de la decisión del Alcalde Christian Raymond, aprobada por el Concejo de Arès, que este lugar sea dedicado a dar la bienvenida a nuestro planeta a los viajeros del Universo. QUE VOS ATENDEM TOTJORN (aún los estamos esperando). Bob Cotton y un honorable grupo de personalidades de Arès han creado este sitio, apreciado por el mundo entero».
Después de 30 años no se ha dado un solo aterrizaje de platos voladores.
Un año después le tocó a Italia construir su ovni-puerto. Esta vez fue en la localidad de Varese, Cuasso al Monte, al norte de Italia. La pista se encuentra en medio de un hermoso paisaje entre el lago Maggiore y las colinas.
La decisión de preparar una pista en Varese para el aterrizaje de los extraterrestres surgió porque una «médium» aseguró que los extraterrestres llegarían a la Tierra el 17 de julio de 1977 en la zona de Arona (norte de Italia).
La médium y contactada de Milán Ercolina Saccani, y el periodista Antonio Cosentino eran los promotores del proyecto. Ercolina dijo haber hablado con un extraterrestre de nombre Argon, que le dijo que aterrizaría en el lugar el 17 de julio. Llegó la fecha pero no los platos voladores. Los periodistas se burlaron de Ercolina, pero ella dijo que los extraterrestres no había aterrizado porque habían pedido que en el momento de llegar, estuvieran presentes sólo tres personas. Como en el momento de la cita, este número «“además de periodistas, expertos y curiosos- era bastante mayor, no hubo ningún avistamiento.
Luego, según la médium, otro extraterrestre llamado Athos le dijo que llegaría el 11 de septiembre, siempre que los esperaran sólo tres personas, dos hombres y una mujer. Como era de esperar, no hubo ningún aterrizaje.
Poco antes, el 13 de abril de 1977, otro ovni debía aterrizar en la Tierra. Esta vez en Jamul, en la región de San Diego, California, en los terrenos de la Fundación Unarius. Ruth Norman, directora de la Fundación, había apostado $ 10,000 dólares ante un bookmaker de Londres que los extraterrestres aterrizarían ese verano para asistir a la «primera convención intergaláctica».
Los extraterrestres no se presentaron a la cita y Ruth perdió su dinero. El caso de la Fundación Unarius es mucho más interesante y requiere de un artículo en especial, al igual que los raelianos que construyeron varios ovni-puertos en diversas partes del mundo como el de San Vicente de Antioquia, Colombia. Es el mismo caso de la Association for the Understanding of Man y su Projec Starlight International, liderado por el ufólogo contactado Raymond Stanford, quien construyó un ovni-puerto en las afueras de Austin, Texas.
Hubo otros intentos de hacer que los ovnis aterrizaran en lugares construidos para ese fin. En Hokkaido Japón, los monjes de un templo sintoísta construyeron un monumento a los platos voladores y una pista de aterrizaje. Elisabeth Van Buren, la famosa millonaria, mandó construir un par de corazones entrelazados con setos en Rennes-le-Château para que los tripulantes de los ovnis pudieran aterrizar.
Otro que ha construido puertos para los ovnis, sin grandes complicaciones es Bob Tohak de Poland, Wisconsin. En 1994 Bob adaptó un tanque de gasolina para funcionar como punto de aterrizaje de platillos voladores. El tanque tiene una altura de 14 metros y está colocado en la entrada de Tohak & Son Welding, la compañía de Tohak localizada al Este de Green Bay.
En el interior del tanque hay una escalera de caracol que llega hasta la parte superior. Ahí se puede abrir una compuerta que Bob compró en el deshuesadero y que perteneció al USS Coral Sea Coast Guard. La entrada es pequeña «No es para gente gorda. Los extraterrestres son delgados», explica Tohak. En la parte superior hay una estructura de acero soldada con autógena, capaz de soportar un helicóptero (o un ovni). En todo el contorno de la estructura hay luces azules que destellan, giran y se mueven en varias direcciones. Unos altavoces emiten la música de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo.
Su diseño fue inspirado por una torre de aterrizaje de una de las películas de Star Wars. «Cuando vi esa película, pensé que sería bueno hacer una torre con todo el material de desecho que queda de nuestros trabajos».
Bob se mudó a Poland en 1967. «Yo primero tenía un negocio de excavación y los vecinos querían que lo moviera al otro extremo de la ciudad». Bob decidió permanecer donde estaba y construir lo que él quería en su propiedad. Eventualmente, el negocio de excavación lo llevó a una compañía de fabricación de acero que ahora construye puentes y otras estructuras alrededor del estado y de la nación.
Bob reflexiona después de negociar con sus vecinos: «Si pude trabajar con hombres blancos, amarillos y rojos, puede ser que también llegue a trabajar con hombres verdes».
El puerto de aterrizaje de Bob, conocido como Spaceport Sheboygan, es la estructura más alta entre los campos planos de maíz y avena. En la parte superior se puede leer «Puerto de aterrizaje de ovnis» y «No somos los únicos». Un extraterrestre de cabeza bulbosa apunta un dedo flaco a un platillo. Su mascota es un muñeco de un extraterrestre de goma gris que viste una gorra de los Green Bay Packers.
Bob vende unas postales con la fotografía del único «puerto de aterrizaje de ovnis del estado». En la parte posterior de la postal se puede leer «Si el gobierno no tiene ningún conocimiento de extraterrestres, porqué el Titulo 14, Sección 1211 del código de regulaciones federales, puesto en ejecución el 16 de julio de 1969 hace ilegal para los ciudadanos de los E.U. tener cualquier contacto con extraterrestres o sus vehículos?»
En América Latina hay otra plataforma similar a la de Bob. Se encuentra en el hotel Ariaú Towers, a 70 kilómetros de Manaus, en el Amazonas. El hotel cuenta con 300 departamentos de lujo y diversas instalaciones entre las que se encuentran una enorme pirámide para meditar y la plataforma para que aterricen los platos voladores.
El propietario Francisco Bernardino dice que la región es conocida por la gran cantidad de avistamientos de ovnis. A pesar de esa gran cantidad de ovnis que vuelan por las márgenes del Río Negro el ovni-puerto no ha sido inaugurado por los extraterrestres todavía.
También en Brasil, en el 2002, el prefecto de la pequeña ciudad de Bocaiúva do Sul anunció la construcción de un ovni-puerto. Elcio Berti, el prefecto, dijo tener contacto con extraterrestres que le ayudarían a realizar este proyecto.
«Ellos hablan poco; es como si yo estuviera hipnotizado; todo es muy rápido; el último era un japonés con cara de alemán.
«Tenemos cuatro años trabajando en el proyecto, conjuntamente con ufólogos y extraterrestres y ellos me autorizaron a darle al público un anuncio en nuestro aniversario 131 de la ciudad.
«Después de miles de años, los habitantes de otros planetas escogieron un punto en el extremo sur de la Tierra. Cachoeirinha, una región montañosa y llena de vegetación, abundante en recursos».
Un portavoz del gobierno de Paraná dijo que el prefecto «está loco o es muy bueno como publicista». Berti cumple su segundo mandato como prefecto y se hizo famoso cuando prohibió los preservativos y distribuyó gratuitamente el «Viagra del prefecto», a base de amendoim, en una campaña para aumentar la taza de natalidad de la ciudad y, por consiguiente, recibir una mayor contribución de los fondos federales, a través de los Fundos de Participacao dos Municípios.
El ovni-puerto que ha dado más de qué hablar en estos últimos años es el que ha estado promoviendo Reinaldo Ríos. El proyecto se anunció en agosto del 2005 y fue apoyado por el alcalde de Lajas, Marcos Irizarry, aunque aclaró que el gobierno municipal no invertiría en el proyecto, que se calcula tendrá un costo de unos 100 mil dólares. Pero prometió ayudar a Ríos a obtener los permisos de construcción.
El ovni-puerto tendrá de 25 metros de largo y se construirá una pirámide que funcionará como torre de control. Ríos ya había tenido éxito al hacer que Irizarry declarara esa zona como «Ruta Extraterrestre» por la cantidad de avistamientos de ovnis que se tienen.
A partir del proyecto de Ríos se dieron a conocer otros similares en otras partes del mundo. Como el del artista holandés Martin Riebeek, quien consiguió el apoyo de las autoridades de Houtem para construir una pista de aterrizaje de ovnis cerca de la autopista A27. El ovni-puerto contará con una torre de control de seis metros de altura y estará iluminado con luces azul celeste.
Sólo espero que a ningún aficionado a los ovnis se le ocurra proponer la construcción de un platillódromo para conmemorar la Independencia y Revolución mexicanas. Ya ha habido muchos incautos a los que les han sacado dinero para ese tipo de quimeras; quiero decir, los extraterrestres ya tienen varias opciones para escoger en dónde aterrizar, y si no lo han hecho, por algo será.
REFERENCIAS
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Keyhoe E. Donald, Los desconocidos del espacio, Editorial Pomaire, Barcelona, 1976.
Lewis R. James, (editor), UFOs and Popular Culture, ABC-CLIO, Inc., Santa Barbara, CA, 2000.
Moseley W. James & Pflock T. Karl, Shockingly Close to the Truth, Prometheus Books, Amherst, New York, 2002.
Roth F. Christopher, Ufology as Anthropology: Race, Extraterrestrials, and the Occult, en E.T. Culture: Anthropology in Outerspaces, (ed. por Debbora Battaglia). Duke University Press, Durham, N.C., 2005.
Williamson Hunt George & Bailey J. Alfred, Other Voices, Abelard Productions, Inc., Wilmington, Delaware, 1995. (reimpresión de The Saucers Speak).
Williamson Hunt George, Other Tongues–Other Flesh, Amherst Press, Amherst, Wisconsin, 1953.
Williamson Hunt George, Secret Places of the Lion, 1958, (reimpresión), Destiny Books, Rochester, Vermont, 1989.
…y a sus tripulantes se les facilitaría la inscripción en los torneos de petanca, ajedrez y loterías de la feria. Sin embargo, si hubiera una gran afluencia de vehículos intergalácticos, «œserá necesario limitar el aparcamiento instalando ovni-parquímetros», decía Raymond
No es justo que la realidad se empeñe en poner las cosas tan difíciles
a Malcom Pañero, Lucas Cajo, Desmond Table, Miles Deveces y demás
reporteros de The Teleplastic Inquirer.
¡Contra esto no hay quien luche, hombre! 🙂
Saludos.
No construyáis un aeropuerto ovni ni en broma.