FANI: ¿hay alguien al mando?

FANI: ¿hay alguien al mando?

Informes resumidos : entrevista al historiador Richard Dolan sobre Las teorías del todo

23 de abril de 2024

Cécile Gouret Legros

c75d0c45-0218-4813-a415-f021f8f31803_1456x1048Imagen de kzd de Pixabay

Durante una conversación, Curt Jaimungal entrevistó a Richard Dolan, reputado historiador del fenómeno ovni.

En respuesta a los rumores sobre su ausencia en el ámbito ovni, Curt explicó que se había retirado del debate porque se sentía decepcionado y entristecido por la falta de avances. ¿Significa esto que se está cuestionando la eficacia de las audiencias del Congreso? Uno se pregunta si es ingenuo pedir a los guardianes del secreto -el Pentágono- que levanten el velo, a sabiendas del riesgo de tener que desenmarañar la verdad de la desinformación. ¿Cuántos ufólogos y entusiastas han intentado este enfoque en las últimas 40 décadas? Los resultados no parecen estar a la altura de las expectativas.

El tema de la búsqueda de la verdad, el lugar de los hechos y la hermenéutica de la sospecha, que consiste en examinar los hechos con una mirada crítica a priori, se han abordado desde un punto de vista filosófico con una perspectiva histórica del materialismo contemporáneo: ¿recoger qué datos? ¿Descartes? ¿Pruebas? Este enfoque más distanciado del fenómeno ovni abre la puerta al trasfondo del fenómeno, a las preguntas sobre la realidad, la naturaleza del ser humano y Dios.

Dolan habló de su próximo libro, previsto para mayo de 2024, en el que presenta 600 casos de ovnis clasificados en 15 categorías. Este trabajo le permite afirmar que los ovnis, u objetos submarinos no identificados, constituyen un verdadero problema de seguridad para la Marina estadounidense, como ya ha señalado el almirante Gallaudet.

El problema de la divulgación

Richard Dolan apoya la idea de que es necesario un debate público sobre los ovnis. Acoge con especial satisfacción la iniciativa del Congreso y del Parlamento Europeo. Se trata de un paso en la buena dirección, y se esperan nuevas revelaciones en los próximos meses. Para él, las revelaciones obtenidas en los últimos años no tienen precedentes y son importantes, porque comparte la idea de Sean Kirkpatrick de que los datos son necesarios para avanzar.

Pero “no hemos tenido buenos datos sobre el tema ovni”, lamentó. Normalmente estos datos son físicos o electrónicos: informes de incidentes, videos, incluso restos de origen militar. Para Dolan, centrarse en la información del Pentágono y otras instituciones, incluso cuando está desclasificada, conduce a una visión demasiado parcial del fenómeno. El tema FANI es “mucho más profundo que todo lo que se está debatiendo realmente en el ámbito público”.

El historiador cree que estos datos materiales son el árbol que oculta el bosque de testimonios que hasta ahora no se han tenido suficientemente en cuenta. Habla de “miles y miles, y más miles, de testimonios de testigos oculares de ovnis, a lo largo de 70, 80 o más años, que simplemente se descartan”. Le horroriza la ceguera que lleva a ignorar “cosas tan dramáticas como los encuentros personales, además de incluir abducciones, o supuestas abducciones, o supuestas experiencias de contacto”. Sin embargo, nuestra especie, la humana, está especialmente dotada para escuchar, oír y, en definitiva, observar lo que nos rodea. ¿Cómo explicar entonces esta falta de interés?

Si se tuvieran en cuenta estos testimonios, tendría consecuencias de gran alcance para los gobiernos. Richard Dolan puso como ejemplo el caso de las mutilaciones de ganado en los años setenta. A partir de 1973, Nuevo México, Colorado y Nebraska se vieron afectados por una oleada de ataques al ganado. El FBI, al que los parlamentarios pidieron que investigara, se negó. Al final, se financió una oficina de investigación en Nuevo México que llegó a la conclusión de que estas mutilaciones eran obra de depredadores y carroñeros. Imaginemos que la investigación concluyera que entidades extrañas con tecnologías avanzadas y desconocidas eran responsables de estos actos. El gobierno habría tenido que dar explicaciones, algo imposible porque sencillamente no entendía el fenómeno.

Para el invitado, el problema es exactamente el mismo hoy en día. Admitir las “abducciones”, por ejemplo, obligaría al gobierno a admitir que no entendía quién estaba detrás de ellas. También tendría que especificar desde cuándo tiene conocimiento de ellas, qué han hecho o los posibles acuerdos a los que hayan podido llegar con esas entidades. Hay que admitir que se trata de preguntas incómodas. Si el gobierno acepta tener en cuenta los testimonios, tendrá que admitir su impotencia, sus mentiras y, probablemente, los compromisos que asumió. El objetivo es mantener un control absoluto sobre la narración, y Richard Dolan tiene serias dudas sobre la posibilidad de que se revele.

El imperio y sus facciones

El historiador señala que hoy es más difícil controlar la información. El desarrollo de Internet y de las tecnologías informáticas fomenta la curiosidad. El número de personas que buscan información, la comprueban y la difunden ha aumentado considerablemente en los últimos años. Esta tendencia al acceso a la información preocupa a los gobiernos, que empiezan a tomar medidas para limitar la libertad de expresión y de información.

Es una situación delicada para el gobierno, que intenta mantener sus cartas a buen recaudo de diversas maneras. Richard Dolan cree que estamos asistiendo a la instauración de un “control digital centralizado sobre las poblaciones/ una especie de versión suave del totalitarismo”. Pero como todos sabemos, el control fomenta las teorías de la conspiración. Divertido, el invitado se puso su sombrero de teórico de la conspiración y citó unas cuantas: JFK, 911, Covid… y los ovnis. La conspiración ovni es la mayor y más antigua de estas teorías. Tan pronto como el gobierno admita la existencia de una conspiración diseñada para ocultar la realidad del fenómeno ovni, el público tendrá derecho a preguntar sobre las otras teorías conspirativas. Algunos objetarán que ya ha admitido la existencia de los ovnis. Pero nuestro historiador señala que, por un lado, esto se admitió a puerta cerrada, en sesiones informativas clasificadas, y que, por otro, se ha propuesto un posible origen ruso o chino. Sólo admitieron “que hay algunos FANI por ahí que no han sido capaces de explicar”. No han explicado el encuentro del Nimitz, por ejemplo, que sería absurdo atribuir a una nave extraterrestre. Para Richard Dolan, todo esto no es divulgación.

A estas alturas, hay dos fuerzas en juego: los buscadores de la verdad, que hoy son muchos, y el gobierno, que intenta mantener el control. Uno podría imaginar que este último está en proceso de divulgación controlada, para no escandalizar al público. Y de hecho, el invitado está convencido de que “una aculturación muy lenta es probablemente un enfoque inteligente”, porque “la realidad de lo que estamos hablando es, sin duda, un tipo de comprensión de la vida, del universo, de todo, tan profundamente diferente”. Sin embargo, el historiador no cree que el gobierno en su conjunto esté intentando una divulgación controlada, porque no es una entidad unificada. Se trata más bien de intentos de ciertas facciones de informar al público.

Para Richard Dolan, cuando hablamos de Estados Unidos, no se trata de un Estado sino de un imperio, y el gobierno es la institución que lo dirige. En la actualidad, “se constata que ese poder se está fracturando y rompiendo en todas direcciones”. Lo compara con la antigua Roma, que, habiendo creado instituciones muy eficaces, fue en cierto modo víctima de su propio éxito y fracasó debido a su tamaño y a las nuevas poblaciones que integró. De la misma manera hoy:

Ese imperio global está dirigido por la colaboración de dinero privado, toneladas de dinero privado, corporaciones privadas que contratan a través de la red clasificada, dentro del DoD, dentro del departamento de energía, dentro de la comunidad de inteligencia de los EE.UU., y ellos dirigen este Imperio Americano.

Para estos actores, la divulgación plantea una serie de problemas, en particular jurídicos. Hal Puthoff ya lo mencionó durante su conferencia en la Fundación Sol. Por último, el historiador señaló que algunos miembros de la comunidad clasificada están dispuestos a compartir información con el público. Esta última facción, a menudo formada por jubilados, siempre ha existido. Ante este panorama, es fácil comprender la cacofonía que tan a menudo reina cuando se aborda el tema de la divulgación.

Para Richard Dolan, en realidad se trata de quién tiene el poder y el control en el laberinto en que se ha convertido el gobierno estadounidense. Habló de cómo el Jefe Adjunto de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto, Thomas Wilson, vio cómo agentes privados le negaban el acceso a un subprograma sobre ingeniería inversa. La existencia de una oficina llamada Special Access Program Oversight Committee, SAPCO, no permite de hecho ningún control real sobre las actividades y la asignación de fondos. Según el invitado, el Gobierno se ha convertido en “un sistema de ilegalidad legal” en el que circula mucho dinero sin ningún control.

El historiador planteó entonces la cuestión del nivel de información y, por tanto, de control del Presidente. ¿Sobre qué está informado y sobre qué es deseable que esté informado? En general, el papel de la administración es gestionar los asuntos cotidianos, no el del Presidente. Por lo tanto, no se le informa de todos los programas en curso. Además, acontecimientos como el derrocamiento del presidente Arbenz en Guatemala demuestran que los servicios, la CIA por ejemplo, organizan operaciones secretas en el extranjero. Si el presidente no está informado, puede presentar una “negación plausible” sobre la implicación de su país en estas operaciones.

Lenguaje y transición

Richard Dolan ha observado un notable aumento de los avistamientos de FANI en los dos últimos siglos. Relaciona esta tendencia con nuestra entrada en lo que denomina la era de la ciencia.

En siglos anteriores, los avistamientos eran escasos. Una objeción común es que las condiciones culturales de aquellos tiempos hacían imposible registrarlos. Pero el invitado no está de acuerdo. Cree que “si hubiéramos tenido una densidad de avistamientos cercana a la actual, hace 200-300 años, lo habríamos sabido, creo que la gente se habría dado cuenta” y tendríamos registros en documentos históricos. Además, dijo, las observaciones de aquellos tiempos no son fiables, debido a dos condiciones: en primer lugar, el nivel científico alcanzado en la época y la falta de cultura científica entre la población favorecían las explicaciones extraterrestres o sobrenaturales de los fenómenos naturales. En segundo lugar, según el historiador, “es absolutamente crucial, a la hora de analizar estos antiguos supuestos informes sobre ovnis, que tengamos algún conocimiento de la sociedad de la que proceden”. Esta es una advertencia que hace sobre el libro Les merveilles du ciel, de Jacques Vallée y Chris Aubeck, que aprecia mucho. Lamenta la falta de consideración del contexto histórico de la época, que altera la interpretación de la fuente. Los escritos siguen códigos que difieren de una época a otra, y la expresión es a veces muy simbólica, para cautivar al público pero también para proteger al autor de las condiciones políticas autoritarias. Con esta precaución en mente, Richard Dolan sigue convencido de que ciertos avistamientos antiguos de ovnis son bastante serios, lo que significa que hemos sido observados durante mucho, mucho tiempo.

Tras estudiar “la historia de los avistamientos de ovnis” y leer “miles y miles y miles de avistamientos de ovnis, a lo largo de los siglos XIX y XX y XXI”, el invitado elabora una teoría según la cual el desarrollo del lenguaje conduce inevitablemente al desarrollo de la ciencia. Una civilización extraterrestre inteligente podría predecirlo, incluso cuántas generaciones serían necesarias para lograr una ciencia compleja tras la aparición del lenguaje.

Si esto es cierto, hemos pasado de una vigilancia de bajo nivel durante unos 50,000 años a una intensa observación en los siglos XX y XXI. Richard Dolan señala que los avistamientos de FANI se dispararon tras la Segunda Guerra Mundial, ya que el auge de las tecnologías atómica e informática permitió a la raza humana dar un salto cualitativo y cuantitativo en su relación con el mundo. Según el historiador, muchos visitantes están ansiosos por vernos entrar en este nuevo mundo -su mundo- y observan, guían o controlan este proceso. Gracias a las nuevas tecnologías, nuestra especie ha entrado en un proceso de transición. Estamos pasando de un ser humano natural a un ser humano artificial, o incluso digital, entrando en la realidad virtual y la realidad aumentada. Esta transición tendrá importantes consecuencias para la psicología humana y la organización política. Esto es lo que sabrían los extraterrestres, porque habrían pasado por esta transición.

Extraterrestres

Richard Dolan está por tanto convencido de que los extraterrestres están entre nosotros, en la Tierra, a veces en misiones de infiltración. La existencia de los extraterrestres está demostrada por los testimonios de testigos presenciales. Ha entrevistado a muchas personas, a las que considera creíbles, que han tenido contacto con extraterrestres de aspecto humano. En particular, relata dos encuentros con “pleyadianos”, criaturas altas, rubias, de ojos azules y extremadamente bellas. El primer encuentro tuvo lugar en 1965 en Pensilvania. Una joven estaba en la iglesia cuando tuvo una experiencia telepática con una pareja de “pleyadianos”. “Eran como supermodelos”, dijo, “podía oírlos en mi mente”. El segundo encuentro fue comunicado a Richard Dolan por un antiguo coronel de la USAF. El coronel, su esposa y un amigo médium se encontraron cara a cara con una pareja de “pleyadianos” en un casino de Las Vegas. Una vez más, se produjo una experiencia telepática, pero lo que hace especial este caso es un episodio de amnesia. El coronel contó que, tras el encuentro, su amigo psíquico le sugirió una hipnosis regresiva para aclarar los recuerdos. Pero “cada vez que intenta hacerle una regresión, oye… oyen ruidos de construcción fuera de la casa, martillos neumáticos y ruido”, relató. Se dieron por vencidos, y el coronel volvió a ponerse en contacto con su amiga para intentar la hipnosis, pero ella no recordaba nada del suceso. “Así que, de alguna manera, en el mes siguiente, su memoria había sido alterada por algún grupo desconocido”, dice Richard Dolan.

Para el historiador, hay muchas formas de vida en el universo. Pero “planetas como el nuestro son bastante especiales y únicos (…). Explotamos con todo tipo de diversidad genética”, afirma, lo que nos convierte en una especie muy interesante. Por esta razón, nos visitan varios tipos de alienígenas, algunos con aspecto humano, otros no. Probablemente no sean seres espirituales, pero “pueden tener la capacidad de manipular lo que nosotros consideraríamos dimensiones. Y creo que ahí es donde probablemente entra el aspecto interdimensional. (…) Los que están aterrizando y las naves, los que están entrando en océanos o saliendo de océanos o llegando desde una altitud de 200,000 pies para aterrizar en el suelo rastreado por radar, no creo que sean entidades espirituales”.

¿Están aquí los extraterrestres, seres físicos de un mundo avanzado, para guiarnos o controlar nuestra transición? A Richard Dolan le preocupa la creencia ingenua de la Nueva Era de que los extraterrestres son seres éticos. Para alcanzar el nivel de civilización que les permite estar aquí hoy, nos advierte, “ellos, como nosotros, se convirtieron en los depredadores ápice de su mundo”. Como nosotros, “tuvieron que subyugar a otras especies para que hicieran su trabajo por ellos, que es lo que hacemos nosotros, subyugamos a las plantas, subyugamos a los animales”, prosigue, y “para ello debieron pasar por un periodo de extrema violencia. Que es lo que hemos hecho nosotros, sólo lo hemos conseguido porque somos violentos”. El problema que debemos afrontar urgentemente es el siguiente: “pueden apoyar nuestro desarrollo, pero pueden tener problemas con nuestro desarrollo”.

Están ahí fuera. ¿Piensan en nuestros intereses o en los suyos? Richard Dolan nos invita a abordar el tema de los ovnis más allá del aspecto “tuercas y tornillos”, sobre el que ya se ha trabajado ampliamente, para lograr una mejor comprensión de la “amenaza” potencial que suponen nuestros exóticos visitantes. Ha llegado el momento de examinar más de cerca la totalidad de avistamientos y encuentros que se han ido acumulando a lo largo de las décadas. Siempre los hemos tratado con recelo, cuando no con desdén. Jacques Vallée explica que cuanto más extrañas son las pruebas, menos probabilidades hay de que se denuncien, cataloguen y estudien. Sin embargo, es en la extrañeza del fenómeno donde residen las mayores preguntas científicas y, en consecuencia, los futuros descubrimientos.

Traducción de Guillaume Fournier Airaud

Esta obra está bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0

https://sentinelnews.substack.com/p/uap-is-anybody-in-charge

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