El día después de Roswell
Bueno, en realidad no fue precisamente el día posterior a la caída del «ovni» de Roswell, pero quisimos parafrasear el título del libro del coronel Philip J. Corso. La historia es la siguiente:
Mientras recorría su campo de maíz, Joseph Kemper, de Dover Road 3, en York, Inglaterra, encontró un curioso disco de aluminio. Era el 10 de julio de 1947.
El disco, de unos 35 centímetros de diámetro, tenía varios tubos como condensadores, resistencias y otros accesorios de radio soldados. De entre esos tubos salía un cable de goma. En el cuerpo del disco había unos caracteres pintados en rojo. Algunos supusieron que eran orientales.
Kemper llevó el disco al cuartel general de policía de York, en donde el Jefe Nelson L. Shultz dijo:
«Si eso puede volar, entonces también lo puede hacer una vaca».
La noticia apareció en el 12 de julio en el Gazette and Daily, junto con una fotografía de Kemper sosteniendo el disco. La leyenda decía:
«»™Disco volador»™ hecho en casa en York».
Recordemos que apenas 15 días atrás Kenneth Arnold había tenido su famoso encuentro con 9 «platillos voladores». Pero una cosa eran los «platillos» de Arnold y otra muy distinta el «disco» de Kemper.
Desconozco qué fin tuvo este disco, pero sin duda se convirtió en otro más de los «discos» o «platillos» caídos a la Tierra, luego del de Roswell.
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